Hace
poco tuve la ocasión de acudir a las Primeras Jornadas de Biodiversidad
y Testing Fotográfico Valle de Alcudia y Sierra Madrona que tuvo lugar en Sierra Morena, organizado por la
Asociación Cultural Madrona Activa a pocos kilómetros de Brazatortas, en el
Aula de Naturaleza Arroyo de Carboneras que cuenta con instalaciones para
acoger campamentos y otras actividades, como avistamiento de todo
tipo de especies animales, actividades de senderismo o piraguas.
La
actividad tuvo lugar en dos sesiones, la primera el sábado, con ponencias,
presentaciones y vídeos, y al día siguiente, una salida de campo conjunta que
realizamos en la ermita de San Isidro de Fuencaliente y de allí por el arroyo de las Sierpes,
en pleno corazón de Sierra Morena.
Rincón umbroso en el arroyo de las Sierpes en pleno corazón de Sierra Morena
El primer día, quizás un poco intenso, por
el número y duración de las exposiciones, pero repetible por la calidad y
variedad, gracias al buen hacer de los ponentes. Desde el estudio de la geomorfología y paisajes, al lince. Unos oradores centrados en
bichos, otros en aves, otros en plantas, pero todo interesante y redondeado un
conocimiento lo más completo y global posible del medio biológico.
"Espárrago" de Limodorum abortivum en la hojarasca del robledal
De entrada,
empezamos con las autoridades locales y medio ambientales, por un lado los
alcaldes de Brazatortas y de Cabezarrubias del Puerto, y por otro con el
director del que es el mayor espacio protegido de Castilla la Mancha, quien se
tiene que multiplicar en todos los frentes, debido a las estrecheces de personal
para manejar esas 150.000 has.
Unos de los últimos alisos de esta garganta
Empezó la ronda de exposiciones por la base, por
la Geomorfología como creadora de la gran diversidad de paisajes que
caracteriza Sierra Morena, con una completa y documentada presentación de Jose Luis García Rayego. Quién siga mi
blog, ya habrá visto varias entradas relativas a la geomorfología estos lugares, con varias
entradas sobre algunas de sus mejores “hoces”, los grandes hachazos geológicos
sobre las estructuras plegadas que compartimentan estos espacios serranos.
Talud de ladera compactado en capas, casi tipo grezes litées, erosionado por la garganta
A pesar
de las horas de atención, los ponentes nos atrapaban con su buen hacer y con
algunos videos e imágenes de un nivel difícilmente superable. A todos nos llamó la atención, el vídeo realizado
por Alberto Redondo Vila (charla sobre mariposas), de un “torneo” de arañas a lo largo de un grueso hilo
tendido entre dos matas, al que se subían dos contendientes desde cada lado,
para pelear en el centro, a la vista de las hembras, hasta que caía uno,
llegando otra araña a ocupar su plaza, para luchar de nuevo hasta que el mejor combatiente
permaneciese imbatible en ese hilo, comportamiento nunca observado hasta
entonces y, menos aún, grabado.
Rincón umbrío, con helecho real, polipodio y la gran Carex pendula
En el
centro también se encontraba una muy buena exposición de fotografías de aves
realizadas por Rafael Escanciano, fotógrafo de Almadén que como buen
conocedor de esta zona y de sus alados moradores, ha obtenido a lo largo de los
años una colección de impresionantes fotografías “naturales”, sin trampa ni cartón, del variado elenco
de aves y rapaces de la región, a costa de constancia y sacrificio, y de
conocer muy bien el comportamiento de las diferentes especies.
Hubo
charlas de flora a cargo de Rafael Tamajón, de coleópteros por Jorge Angel Ramos Abuin, de aves por Alejandro del Moral, de herpetos por Raúl León (Raulophis), etc. que se fueron
sucediendo hasta la charla sobre la especie emblemática de la zona, el lince, a cargo del responsable del proyecto Life-Iberlince en Castilla la Mancha, Francisco Ruiz Alba, momento de máxima salivación entre el personal de chalecos bolsilleros y cámaras de envidia, con sus imágenes y vídeos.
El espíritu del bosque, escondido en uno de sus mejores rincones
Particularmente, a mí me pareció magistral, por el entusiasmo, saber y pasión por todo tipo de reptiles de Raulophis. Yo le obligaría (y pagaría) a que fuese por todas las escuelas rurales a enseñar a l@s chaval@s a querer y admirar a los reptiles, seguro que él, lo conseguía.
Como mi fuerte son las plantas, a eso me dediqué en la excursión y, aunque esta primavera no ha sido muy buena por la falta de lluvia, aquí en Sierra Madrona, siempre cae bastante más de lo que lo hace en la Mancha y me he podido resarcir de una primavera que prácticamente ya dejó de serlo.
Ladera umbrosa cubierta con la gramínea Festuca merinoi (ex F. elegans)
La cascada de las Sierpes entre helechos reales, un espejismo acuático en el desierto manchego
El recorrido se inició en la ermita de San Isidro, en medio de un buen quejigar de fondo de valle. Posteriormente ya fuimos de por libre, unos a por bichos y yo con otra gente subimos, con bastante esfuerzo, la garganta. Este rincón húmedo y umbroso es el refugio de una gran variedad de helechos y otras plantas difíciles de ver fuera de estos lugares que cada vez van siendo más escasos en nuestra geografía.
El sello de Salomón, Polygonatum odoratum en una ladera protegida
Este año casi no se han visto orquídeas en Ciudad Real, unas no han florecido y otras lo han hecho bajo mínimos, pero aquí aún se pueden ver y disfrutar algunas como Limodorum arbortivum, Cephalantera longifolia, Orchis langei y O. tenera. Pero las flores más abundantes ahora en el monte son los ajos Allium masaessylum, el botón de oro Ranunculus paludosus, la leche de gallina Ornithogallum ortophyllum y las grandes peonías.
Orchis tenera y Cephalantera longifolia en un talud herboso del bosque
Al internarnos por una localidad tan húmeda y protegida, todo lo que vemos va concordando con ese ambiente, el arroyo puede mantener entre tanto quejigo, algunos fresnos y unos pocos alisos, en franco retroceso.
Las redondeadas hojas de mi supueto Salix caprea y abajo Sorbus torminalis
Para mi sorpresa encuentro lo que creo, faltan flores para confirmarlo, es el raro sauce Salix caprea, de hojas redondeadas. Todo orlado de una buena variedad de helechos como: Anogramma leptophylla, Asplenium trichomanes, A. onopteris, Blechnum spicant, Dryopteris affinis, Osmunda regalis o Polypodium cambricum.
Los helechos Polypodium cambricum y Asplenium trichomanes. Abajo Blechnum spicant
El remate al recorrido fue la cascada de la Sierpe, lugar mágico donde los haya, incluso en un húmedo rincón había un sapo de gran tamaño que parecía el duende de este lugar. Todo como un jardín húmedo, donde cada planta estaba en su sitio, destacando la gran cantidad de helechos reales que orlaban los bordes del agua.
Ya de regreso por el camino pudimos apreciar la vegetación ya más común, como la gran variedad de jaras típicas de estos montes, los brezos, algunos mirtos y la curiosa carquesa, una correosa genistea Pterospartum tridentatum que es increíble que sea tan del gusto del ganado, y otras plantas de interés.
Y así acabamos, comiendo en la pradera y dando por finalizadas unas jornadas que sin duda tendrán continuidad. Un placer en que como de costumbre, lo mejor ha sido la gente, la gente de por aquí, los organizadores, los ponentes, un placer, sin duda, repetible.
Nota: disculpad el haber publicado la entrada de manera incompleta, por mi mala gestión informático-fotográfica