domingo, 13 de mayo de 2012

Orquídeas


                 Ha sido un año muy duro este de 2011-2012; desde los primeros días de junio hasta hace un mes, es decir en nueve meses, han caído 90mm. de lluvia, salvando el mes de noviembre que con sus 55mm., hizo un intento por salvar una otoñada ya perdida. No solo eso, sino que esa sequía ha venido acompañada de una muy elevada evaporación y con varios episodios de vientos y duras heladas. Afortunadamente en este último mes han caído 85mm., lo que viene a ser la misma cantidad de esos ocho meses que, en teoría, son los meses lluviosos del año. Los datos son de Ciudad Real pero creo son extrapolables a todo el centro peninsular.

Ophrys tenthredinifera, uno de los escasos grupos de este año 

Mal año para las orquídeas. Yo pensaba que las plantas con bulbo habían acumulado unas buenas reservas en la excelente primavera pasada, lo que haría que este seco invierno no les afectase demasiado. Pero no contaba con lo que costaría sacar adelante las plantas a principio de temporada. En vano busqué una orquídea gigante, Barlia robertiana, que conocemos por nuestra zona del sureste de Madrid, este año no brotó cuando la busqué, en su época de floración, una de las  orquídeas más madrugadoras.

Ophrys scolopax, del griego pico de perdiz, un buen nombre
  
Hace unas semanas me enseñaron una de las escasísimas localidades madrileñas de la parecida en tamaño Himantoglossum hircinum, orquídea más tardía pero que  mantiene todo el invierno unas rozagantes hojas verdes que este año dejaban ver los muñones secos de varios intentos infructuosos de elevar sus hojas a la intemperie. Vuelvo a otra localidad que yo conocía por Ciudad Real y me encuentro la misma desoladora estampa.

Estado lamentable de un grupo de Himantoglossum a pesar de las últimas lluvias

         Ayer, cerrando la temporada de las orquídeas “secas”, es decir, algunas del género Orchis y abejeras (género Ophrys), me encontré en el campo, delante de un gran campo de Orchis papilionaceas, (dos de ellas blancas y yo sin mi cámara), con un paisano que me decía: si lo hubiese visto usted hace quince días, todo seco, no se podría creer lo que está viendo ahora. Y era verdad, apenas he visto abejeras y en esta localidad son muy abundantes. Las que salen más tarde, han cogido las lluvias y les ha dado tiempo ha salir en todo o en parte de su esplendor, pero a las madrugadoras, les ha pillado "la seca". Como ya  había visto, este paisano me comentó que este año no han salido algunas especies. Aunque a las abejeras amarillas (Ophrys lutea), parece importarles poco la sequía.

La abejera amarilla ha salido sin contratiempos a pesar del mal año
  
         En estos campos del occidente manchego, antes de pasar a las serrezuelas y rañas silíceas de carácter extremeño, las orquídeas son bastante abundantes, cosa que vuelve a ocurrir en el centro y oeste de extremadura, sobretodo en sus serrezuelas calizas. Además aquí se puede comprobar que en las partes superiores del terreno abundan especies indiferentes o acidófilas, y en las partes bajas, más calizas, especies basófilas.
  
Espejo de Venus, Ophrys speculum, este año pocas y pequeñas

         La secuencia se repite en un par de buenas localidades calatraveñas, la parte de superior del terreno, ampliamente cultivada, es una raña “colgada”, o sea, separada de su área fuente, una serreta cuarcítica; y las partes inferiores muestran niveles carbonatados procedentes de los límites occidentales hasta donde llegaron las transgresiones marinas mediterráneas. En estos niveles inferiores se pueden encontrar orquídeas claramente basófilas como Ophrys lutea, Ophrys sphegodes o Himantoglossum hircinum.

Ophrys sphegodes, a este único ejemplar lo localicé en un humedal,
 muestra pétalos fuera de su verduzco color normal 

         Es curioso observar la facilidad de hibridación entre diferentes especies de orquídeas, entre ellas la mejor gama se tiene desde la Orchis morio hasta la Orchis papilionacea, mostrando todas las posibilidades entre ellas, que nos llevan por la especie O. champagneusii, y por el híbrido reconocido Orchis x gennarii.  Esta gama completa la pude apreciar una lluviosa tarde sólo un par de días antes de que llegase un calor de justicia que el día 10 de mayo casi  llega a los 34 grados.

Grupo de Orchis morio (violetas) y de Orchis papilionacea (rosadas)

         Otro día haré una estrada con las orquídeas “húmedas”, de las que anduve buscando alguna rareza sin éxito, pero el clima de este año no parece ser el más apropiado para buscar rarezas. También en vano volví a buscar los narcisos de robledal, encontré buenas localidades, pero entre tanta planta, apenas ví uno fructificado, por lo que deduzco y más tras los calores, que este año no les toca florecer. Esas orquídeas húmedas son las que podemos encontrar en los bonales, trampales o turberas de los montes y oeste de Ciudad Real y las de arroyos semipermanentes. En este grupo también se podrían incluir las de bosque.

Mezcla de las orquídeas anteriores

         Solamente he querido usar material fotográfico de esta temporada, pero me temo que tenga que tirar de archivo para nuevas entradas con las orquídeas, esperemos que el verano aún se contenga un poco después de este golpe de calor y que nos deje campear en "lo mejor del año" algunas jornadas más, ya quedará tiempo de sobra para calores y sudores.

Orquídea de papel en tonos claros, aunque muy raras, encontré alguna blanca (hipocromática)


P.D. Entre las que he llamado orquídeas secas de esta temporada no he mencionado la Orchis conica, que por ser más temprana ha sido más afectada por la sequía y han salido algo enanizadas; otra también poco abundante ha sido Ophrys fusca subsp.dyris.
También se me olvidaba alabar el magnífico trabajo de Gonzalo Moreno Moral, amigo y colega, como fotógrafo del Tomo XXI, (Orchidaceae) de Flora Ibérica. Fotos, cuando no dibujos, que deberían acompañar a absolutamente todas las especies descritas en una obra de referencia como debería ser Flora Ibérica.





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