Tras la
tempestad llegó la calma, una calma calurosa y desecante, aunque todo el mundo ansiaba
que llegase el buen tiempo, a los pocos días ya oí a unas mujeres diciendo
que tenían que "dormir encima de la colcha, y lo de dormir, un decir", una muestra callejera del fuerte contraste con el calor que hemos tenido.
El campo ha
estallado, un poco como un cohete, esplendoroso pero breve. Veo que me
estoy volviendo un poco campesino y que el tiempo, con motivo o sin él, nunca
acaba de ser de mi agrado. Tras la resaca de marzo, que le duró una semana a
abril, vinieron unos días tranquilos y sin agua, y luego una semana de
temperaturas disparadas que han estado un par de días rozando los 30ºC, parece que ya van bajando pero el tiempo sigue muy seco .
En mis últimas
salidas al campo ya he visto las primeras calvas resecas en las solanas y
amarillear algunos pastizales. Por no despabilar se me han ido unas
espectaculares floraciones de cunetas y descampados que estaban de escándalo, me
da reparo pararme en los arcenes de las grandes carreteras y por dejarlo para
otro día, se me han escapado y a saber que año vuelven a coincidir unas lluvias como las de esta primavera.
A pesar del
ansia por querer verlo todo, he podido llegar a disfrutar de algunos campos y
momentos estupendos, ya sea descubriendo plantas especiales o contemplando la
explosión floral de cunetas y cultivos. La inauguración estelar de la primavera, suele venir, para mí, de la mano
de narcisos y orquídeas. En lo más álgido de las riadas hice virguerías, tales
como pedalear casi cien metros en una carretera inundada por el Guadiana con el
agua por encima del pedalier, por llegar a ver una buena localización de
narcisos trompeteros (Narcissus
hispanicus), que para mi desgracia ya se habían pasado hacía una semana.
Una foto de Narcissus fernandesii echada a perder por las gotas en el objetivo
Volví a la
busca de otros narcisos, primero unos, poco comunes, de unas laderas rezumantes (Narcissus fernandesii o N. assoanus),
nunca los había visto tan abundantes, pero unas gotas de lluvia en la tapa del
objetivo de la cámara echaron por tierra lo que pensaba era un buen reportaje.
Otro día
busqué los que crecen en los bordes de algunos ríos y arroyos (Narcissus jonquilla), afortunadamente di
con un par de arroyos que los tenían en una abundancia desacostumbrada, aunque por
contra, en otros ríos que los he visto en cantidad otros años, se ha notado la
crudeza de las riadas y apenas se veían algunos ejemplares floridos entre la
broza arrastrada por las aguas tempestuosas.
En la valla queda el nivel alcanzado por la riada hace pocos días en una buena localidad de junquillos
En cuanto a
las orquídeas la temporada está siendo espléndida, aunque desigual, se nota las
especies que se han quedado un poco tocadas por la meteorología reciente y
aquellas a las que le ha venido bien.
La abejera Ophrys tenthredinifera
Las
abejeras (género Ophrys), han florecido de manera copiosa y temprana; como las Ophrys tenthredinifera, aunque el espejo de Venus, Ophrys speculum, lo ha hecho como otros años pero menos visible por la competencia con otras plantas muy crecidas. La abejera oscura, Ophrys sphegodes, aparece en igual
cantidad que otros años pero con ejemplares de un porte muy considerable.
El espejo de Venus (Ophrys speculum). Con un saludo blog de Javier Atrio
Las orquídeas del
género Orchis, han florecido muy bien, ha sido muy abundante la O.
papilionacea; abundante, aunque no tanto, la Orchis conica (antes llamada O. lactea u O. tridentata), el año pasado apenas levantaban del suelo y este año
están, a pesar de ser una orquídea bajita, bastante altas, con una gama de pétalos
que van del blanco rosado a los tonos violáceos oscuros.
Orchis conica
Orchis morio (también llamada O. champagneuxii) también a florecido en abundancia y la muy escasa por estos pagos, Orchis italica, ha estado normal pero con un buen tamaño
de plantas.
Esta orquídea solamente tiene una buena localidad en todo Ciudad Real y, que yo sepa, otra localidad con solo un par de ejemplares a mucha distancia de la anterior.
Una abundante masa de Orchis morio, (al fondo asoma un capullo de tulipán)
Esta orquídea solamente tiene una buena localidad en todo Ciudad Real y, que yo sepa, otra localidad con solo un par de ejemplares a mucha distancia de la anterior.
Orchis
italica tiene una plasticidad increíble, es lo que yo llamaría una flor "personada" pues realmente parece enteramente un hombre, con sus brazos, su
cabeza con casco, ojos y sonrisa-mofletes, y unas piernas entre las que cuelga
un fino miembro. De hecho hay lugares en la que se la llama flor de los
muchachillos o de los muñecos. Esta
orquídea no está sola en su forma humana, otras orquídeas como Orchis simia, O.
militaris y Aceras anthropophorum, también son antropo-formes, aunque no aparecen por esta región, excepto la última especie, aunque muy escasa.
Ha habido
otras especies que no les ha ido tan bien, a la abejera amarilla Ophrys lutea, tanta
competencia con hierbas altas le ha sentado mal, aparecen pocos ejemplares o no
los encuentro entre la maleza. Pero no le ha ido tan mal como a la orquídea
hedionda o barbada, el Himantoglossum hircinum; parece haber acusado mal las últimas
bajas temperaturas o la virulencia de las precipitaciones, sus grandes hojas aparecen
con heridas y malformaciones, en el peor de los casos he encontrado plantas
mordidas por los jabalíes, con los trozos desperdigados cerca como de no
haberles gustado.
Masa de orquídeas mariposa Orchis papilionacea
La
primavera está en plena marcha, llevamos una temporada sin lluvias y parece que
el frío está a punto de volver, aunque sin agua. Abril no por ser el del famoso refrán
es el mes de las lluvias, hay un escueto refrán campesino que reza, “abril vil”
que le viene de tener encima la responsabilidad del resultado de todo un año
agrícola y, normalmente, se depositan demasiadas esperanzas en ese mes. Parece ser, además que el abril de lluvias mil, es un refrán más mediterráneo que de la vertiente atlántica.
Los días
son largos, las noches son muy buenas de dormir, ya llegará el verano, estamos
en lo mejor de la primavera.
Salud y campo