Esta
entrada quizás solo sea una excusa para mostrar las fotos que hice en una
excursión largamente postergada a la Las Médulas, en El Bierzo de León. Lugar
ya clásico en el turismo de naturaleza y cultura, ejemplo de paisaje manipulado
por el hombre, de quien pensamos que sólo en el último siglo ha sido capaz de
transformar sustancialmente la superficie terrestre. Últimamente podrá haberse acelerado ostensiblemente esa alteración radical del
medio natural, pero está claro que llevamos varios miles de años haciéndolo.
Realmente
hemos alterado tanto el planeta que hemos dado un cambio tan radical a las
condiciones del planeta que llevamos varias décadas metidos en un nuevo período
geológico, el Antropoceno. Esto viene dado porque geológicamente los cambios,
los cortes temporales que suponen un cambio de período, han venido de la mano de un brusco cambio en las condiciones de vida del planeta, como la caída de
un gran meteorito, una aceleración de la actividad sísmica, cambios climáticos de importancia, etc., todo cambios dramáticos, y desde el punto de vista científico, hemos pasado un umbral, marcado por
nuestra actitud y uso del planeta, una actitud que todavía no sabemos y, en
general, preferimos no saber a dónde nos va a llevar.
He
estado poco tiempo por esta zona, demasiado poco para sacar conclusiones
demasiado claras o novedosas, pero, como de costumbre me voy con más ganas de
volver de las que ya tenía. Algo sabía ya, pero revisando mapas y carreteando
por ahí, he podido cerciorarme de nuevo que estamos ante una de las grandes
áreas naturales peor conocidas y valoradas de la península. Empecé el viaje por
Sanabria, con su lacustre reclamo turístico.
Pero el
verdadero reclamo lacustre es el verdadero desconocido e ignorado de esta
montuosa región que debió tener en la última glaciación la mayor “montera
glaciar” o glaciar de montera de toda la península, es decir un pequeño
casquete glaciar sobre un amplio conjunto montañoso de cumbres bastante planas
o alomadas, y con lenguas glaciares centrífugas hacia los diferentes valles y
cuencas hidrológicas, es decir hacia el Miño, hacia la cuenca del Cantábrico y
hacia la del Duero. Esta región entre Sanabria y El Bierzo, entre la autovía de
A Coruña y la que va a Ourense, podría estar la región de los mil lagos que
tantos países nórdicos o alpinos proclaman poseer. Pocos lo saben, menos aún
son los que han subido a los lagos más allá del de Sanabria, pero estos montes,
que son muchos montes, atesoran lagunas en abundancia desde los 1400m hasta los
2000 o más. Siendo la Peña Trevinca y el Teleno las mayores cotas de estos montes.
A parte de esta constatación, me quedó claro el carácter mediterráneo de gran parte de la región, incluida esa parte suroriental gallega, cuyos castañares y carballedas, no ocultan la verdad de unas solanas con encinas y sotobosque de madroños y otros arbustos mediterráneos por mucha carquesa que haya también. Con muchas ganas me quedo de explorar las muy escasas áreas calizas gallegas que existen en la vecindad, otro hallazgo inopinado. Pero el verdadero protagonista de estos montes es el castaño, castaño que dirían que plantaron los romanos para dar de comer a la legión de trabajadores/esclavos que tenían.
La aparición de madera o frutos de castaño en ya bastantes asentamientos
prehistóricos, me hace poner en duda tan generosa plantación, probablemente
expansión, pero introducción de los castaños, no creo. Igual
ocurrió con los olivos de Jaén, que quién plantó esos olivos, pues también se
dijo que los romanos, o los griegos, pero más tarde alguien vino a demostrar
que o ya los había o se injertaron púas del Mediterráneo oriental en acebuches
o en olivos que ya existían en esas sierras subbéticas.
Otra prueba ineludible del carácter mediterráneo, por desgracia, la gran abundancia de incendios, incendios de verano, de pos-verano e incluso de inviernos cálidos. Es una pena, pero los montes están abandonados, aunque pueda sonar muy idílico a algún ecologista de sofá, eso de montes dejados a su suerte, no es nada bueno.
El monte hay que trabajarlo, tiene que ser vivido, usado, con sus caminos limpios, con sus prados despejados. Pero no es así, la propiedad privada también es un obstáculo a la eliminación de basuras o a la extracción de leñas o madera, incluso el ganado suelto serrano, tiene que ver con la desaparición de muchas vallas, para que puedan pasar a comer en más zonas aún.
En algunos
pueblos de esta zona se están asentando colonias de gente joven, muy a menudo urbanita que
intentar vivir aquí, y generalmente son obstaculizados y desanimados a
continuar poblando algunos de estos montes. Craso error, la gente en el monte
es casi siempre algo bueno, de hecho, estamos en una de las zonas con mayor
abandono rural de España, salvo las zonas bajas o las zonas vinícolas que ahora
están arrancando con fuerza debido a la buena calidad de sus caldos, ya sean mencías o godellos.
Sobre el desastre
minero romano que ahora parece bonito e interesante creador de nuevos paisajes, hay que empezar aclarando
que aquello fue esclavitud, capitalismo puro y duro y un atentado ecológico de
enormes proporciones (piénsese en la riqueza pesquera de esos ríos a los que
llegaban salmones y lampreas y que daban de comer a tanta gente y tantos
animales, y el destrozo ecológico o el destrozo social en la población
autóctona que tuvo que ocasionar. Canteras y destrozos de montes que no solo se
produjeron en Las Médulas sino en un área mucho más basta.
Pero no hace falta mirar al pasado, solo con aumentar un poco el visor de Iberpix o de Google Earth, basta para ver el enorme destrozo actual, con miles de hectáreas de entraña terrestre al aire, con pueblos colgados al borde de barrancos, con ríos que tienen que soportar la contaminación y la turbidez de una actividad minera sin límites.
Si en la vecindad sur y suroccidental del Bierzo están las enormes cicatrices de la minería de la pizarra, en el noroeste del Bierzo, en los valles hacia Villablino y traspasando la frontera astur, aparece la minería del carbón destrozando las tripas de la tierra, mostradas a cielo abierto.
Muchas
de esas explotaciones monopolizadas por un solo cacique local que como otros “emprendedores”
nacionales, nadie o, más bien todos, sabemos por qué no están entre rejas. Para colmo, estos personajes son los "referentes" para empresarios en ciernes que los ven como triunfadores que salieron de la pobreza para convertirse en magníficos emprendedores y
A pesar de
esas sombras que estoy contando, creo que estamos en una tierra con futuro,
quizás bastante más que otras. El buen clima, la abundancia de agua y de
recursos, la puesta en valor de su capacidad y diversificación agraria así lo
apunta y además, todavía tiene población no emigrada y que disfruta de su
tierra, gente además, bastante concienciada y amante de su terruño, algo que en
otras partes parece no verse o incluso brillar por su ausencia. Qué ganas tengo
de seguir conociendo los rincones gallegos, leoneses y zamoranos de estas desconocidas
montañas.
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