miércoles, 26 de junio de 2024

La naturaleza de la Hoya de Guadix-Baza o el Altiplano granadino

 


Llevaba ya mucho tiempo deseando realizar este viaje que finalmente he hecho. Lo bueno, se hace de rogar, pero ha merecido la pena, y de largo. Esta tierra es apasionante y un verdadero mundo en sí mismo, como es la amplia “hoya” o depresión interior, que en su extremo sur tiene las vetustas ciudades de Guadix y Baza. Región también denominada en la actualidad como el Altiplano granadino y que hace unos años, debido a sus excepcionalidades geológicas y demás valores, recibió la distinción por parte de la Unesco, como Geoparque Internacional. La zona más habitada de esta gran depresión realmente se corresponde con un altiplano, una gran llanura ligeramente inclinada hacia su centro; llano, si no tuviésemos en cuenta las miles y miles de cárcavas y vallejos que surcan todas sus áreas más bajas.


Desde por encima de Gorafe, con Cazorla-Castril al fondo

Estamos en la cuenca interior que está rodeada por las montañas más altas de la península. Por el suroeste tiene la gran Sierra Nevada, con la mayor cota altitudinal peninsular, el Mulhacén 3479m; al sur y sureste la Sierra de Baza  2269m en el Santa Bárbara; al este los menores relieves de la Sierra de Orce 1826m, Estancias 1507m y Lúcar 1722m que ya drenan por el este hacia el Mediterráneo; al norte tiene el gran conjunto montañoso de las Subbéticas de Cazorla-Castril, con el Tornajuelos 2136m, del que se separa hacia el este-sureste, la alta montaña de La Sagra con 2381m, y finalmente, por el oeste la Sierra de Arana y sus estribaciones, llegando hasta los 2027m. Hacia el noroeste, entre estos dos últimos conjuntos montañosos, se desliza el río que recoge las aguas de esta depresión intramontañosa, el poco conocido Guadiana Menor, un auténtico oasis en medio de lo más parecido que tenemos en Europa a un desierto continental, muy similar, incluso en su vegetación, a los que abundan en la asiática región Irano-turaniana (Irán-Turquía oriental-Siria-Iraq-Afganistán) o en los bordes septentrionales del Atlas.

Sierra Nevada al fondo y delante una mata de la sureña alcaparra

Hace años leí una magnífica descripción que de esta región hizo el gran botánico Maurice Willkomm, casi más español que alemán, impresionado por la belleza de este lugar, dando con su descripción las primeras nociones del biogeográfico concepto de “pisos altitudinales o bioclimáticos” o “cinturones de vegetación”. Contaba la impresión que le daba ver esta gran hoya completamente rodeada de altas montañas de cumbres nevadas, seguidas por un gran cinturón de verdes pinares que llegaban por sus bases a una vasta depresión interior que contenía un magnífico paisaje estepario surcado de numerosas cárcavas. Probablemente el paisaje español que más le impresionó y eso tratándose de una persona acostumbrada a recorrer toda la península y más de media Europa a mediados-finales del S. XIX.

Sierra de Baza sin nieves, con cinturones sucesivos de pinares, arriba de silvestres, luego resineros y aquí abajo, carrascos

       El mundo físico de este altiplano viene marcado precisamente por las roturas de esa supuesta y llana homogeneidad de este “Altiplano granadino”, siendo mucho más llamativo e imponente, el océano de cárcavas y barrancos, de mucha mayor dimensión territorial, destacando poderosamente en su centro un pantano, el de Negratín a 610m y una gran montaña, el Jabalcón a 1493m, cuyo nombre parece la toponímica mezcla de “jevel” que es montaña en árabe y “balcón”, no pudiendo dársele un nombre más adecuado. Sin duda, se trata de la mayor concentración de cárcavas o “badlands” de toda Europa y como cada sierra que la rodea tiene sus diferentes litologías y los sedimentos han pasado por distintos procesos químico-erosivos, cada área tiene una tonalidad distinta, incluso hay relieves sobre arcillas abigarradas de tonalidades grises y rojizas, que con las escasas áreas de yesos bien blancos o bien rojizos, nos ofrece un variado y original abanico de colores terrígenos.

Tonalidades distintas de sedimentos distintos. Abajo arcillas grises y rojas

       Toda esta penillanura, totalmente acarcavada en su área central, es fruto del vaciado de sus blandos materiales sedimentados, por la escorrentía concentrada que desciende de las montañas que rodean la hoya. Sedimentos entre los que a veces aparecen calcáreas formaciones rocosas, resultando en un conjunto de intrincadas redes de barrancos, donde la alta torrencialidad de las lluvias y la desaparición de una vegetación que pueda impedir esta acción destructiva de las aguascontribuye a agravar estos procesos

Terreno lleno de líneas de plantaciones de pinos, la gran mayoría fallidas

        De hecho, es fácil localizar en las ortoimágenes, la rápida erosión y formación de nuevos acarcavamientos en áreas recientemente incendiadas, siendo por ello prioritario, si no queremos destrozar más estas tierras o colmatar los pantanos de sedimentos, la conservación de una vegetación en buen estado que pueda contrarrestar esta importante acción erosiva.

Barrancos con el embalse de Negratín y la montaña del Jabalcón al fondo


       Existe una muy buena teoría geográfica, poco usada en la actualidad y que viene aquí perfectamente al caso, la teoría de la “biostasia/rexistasia”. Son estadios o fases contrapuestas en el desenvolvimiento de los procesos geo-biológicos naturales sobre los suelos de una región. Durante la biostasia predominan claramente los procesos naturales de creación, de formación de suelos o edafogénesis, bajo una vegetación de amplia talla y cobertura en una situación de estabilidad climática y alta producción biológica; una muestra puede verse aquí en la generación de formaciones travertínicas, desarrolladas a lo largo de grandes y estables periodos de tiempo, que se pueden observar en la vecindad de los baños de Alicún.

Barrera, casi pared, de travertinos formados en condiciones de biostasia y ahora erosionados en condiciones de rexistasia, abajo

       Por el contrario, cuando existe una climatología inestable y torrencial, sobre medios con escasa cobertura vegetal, predominan, ahora claramente, los procesos erosivos y de destrucción de los relieves previos, estamos en la fase de rexistasia, que aquí queda clara por la alta concentración de superficies abarrancadas. Una figura geomorfológica poco común y que puede verse en algunos barrancos son las hermosas “chimeneas de hadas”, columnas de terrígenos protegidas de la erosión por estar a cubierto de una roca o retal de estrato rocoso, como es aquí el caso; o también, el caso de la erosión por la circulación del agua a través de agujeros y tubos "pipping" en el interior de materiales deleznables o solubles, promoviendo socavones y derrumbes.  En esta, y en todas las regiones, deberíamos llevar a cabo políticas donde la explotación y uso del medio aminorasen las etapas de rexistasia y promoviesen la biostasia.

En el centro, arriba chimenea de hadas y abajo, peligroso agujero por erosión en "pipping"

       Sobre estas vastas extensiones desérticas, en el sentido de despobladas, crece una vegetación a medio camino entre lo estepario y el bosque mediterráneo del sureste ibérico, con sus pinares naturales de Pinus halepensis y restos de encinares, dando superficies en general cubiertas de espartales con pinos, encinas, enebros y vegetación arbustiva dispersa en las áreas de suelos bien conservados. Pero sobre esta vegetación se han repoblado de una forma totalmente masiva miles de hectáreas, en otras décadas y pasando por encima de la vegetación natural. Esta repoblación además de tener un efecto catastrófico sobre los suelos y facilitar la erosión, ha llevado al desarrollo de incendios forestales, antes casi inexistentes, cuyas consecuencias sumadas, llevan a una negativa efectividad ecológica y un lamentable desperdicio económico.

Surcos erosivos incipientes tras un incendio forestal sobre una ladera aun sin abarrancar. Abajo, masa de pinares resineros afectada por decaimiento y muerte. Foto: Pablo Fernández Corbis/sierradebaza.org


       Para colmo de males, grandes y antiguas repoblaciones de las faldas de la Sierra de Baza, muestran signos catastróficos de muertes masivas de miles y miles de pinos, normalmente el resinero Pinus pinaster, como signo del calentamiento y sequedad de los nuevos tiempos que ya estamos viviendo, aparte del enrarecimiento de los magníficos Pinus sylvestris y P. nigra de las áreas cumbreñas. Casi se podría decir que hay que ir pensando en repoblar con especies adaptadas a lo que viene, o dejar hacer a una naturaleza que, aunque solo sea con su vegetación herbácea y arbustiva, ya lo hace bastante bien para auto protegerse de la erosión.

Pinares naturales de carrascos y en los llanos, encinares

       La vegetación de esta zona para mí ha sido todo un descubrimiento, a pesar de la generalizada idea simplista, de que esto es un secarral, su riqueza botánica es enorme, mezclándose muchos mundos botánicos en esta región que muestra más conexiones africanas que europeas, es decir, lo que viene siendo Iberia, un mundo mediterráneo occidental conectado con estos dos continentes y como vemos aquí, también con las mesetas del Asia centro-occidental. Aunque estamos viviendo un atropello en nombre del progreso sobre suelos y vegetación, en nombre de una nueva agricultura que juega artificialmente con un agua que es de todos y de una desconsiderada industria eólico-fotovoltaica, todavía quedan muchos de los altos valores bióticos de esta región. De hecho, la mayor parte de las plantas en peligro de la comunidad andaluza que no se encuentran limitadas a las cumbres de Sierra Nevada u otros importantes macizos, se encuentran en esta región.

La barrilla Salsola oppositifolia en su ecología típica, abajo el inconfundible Astragalus clusianus
Abajo el asnallo Ononis fruticosa

       Aquí es masivo el espartal (Macrochloa tenacissima) junto con el arbustivo barrillar de las sosas Salsola oppositifolia y S. webbii, con pies dispersos de albaida (Anthyllis cytisoides), asnallo Ononis fruticosa, enebro (Juniperus oxycedrus), coscojas (Quercus coccifera), efedras, etc. En los piedemontes abunda el esparto fino (Lygeum spartum) y en los suelos bien conservados todavía hay rodales de pinos carrascos o encinas y coscojas, con aliagas de varios tipos y labiadas, como espliegos, zamarrilas y diferentes tipos de tomillos. Las solanas suelen estar poco vegetadas y si los relieves son arcillosos, casi no tienen vegetación alguna, por contra, las umbrías están muy cubiertas y es donde se refugian muchas de las especies de mayores exigencias, como árboles y arbustos de gran talla.

Astragalus longidentatus, abajo el endémico Astragalus guttatus

       Sus especies vegetales más señeras son especies propias y características del interior de las cuencas peninsulares, aunque en la mayoría de los casos, han ido despareciendo de todas ellas, hasta quedar reducidas a su mínima expresión o redescubiertas en esta hoya de Guadix-Baza. Aquí apareció la alarba el blanquecino arbusto (Krascheninnikovia ceratoides) planta de las mesetas de Asia occidental, las pequeñas y protegidas Clypeola eriocarpa y Hohenackeria polyodon, junto con Astragalus guttatus, A. longidentatus y mucha de la escasísima flora de las arcillas, como Cynara tournefortii, Teucrium spinosum, Anchusa puechii, Astragalus oxyglotis, Mantisalca spinulosa, Silene oropediorum, Sternbergia colchiciflora, etc. o plantas exclusivas como Carum foetidum, Eremopyrum orientale, Erysimum bastetanum, Haplophyllum bastetanum, Limonium alicunense o Teucrium hervieri. Impresionante aquí el mundo de los astrágalos.

El endémico Limonium alicunense bajo espartal. Abajo terrenos con suelos arcillosos, llenos de joyas botánicas exclusivas de este medio tan inusual
La boca de dragón Antirrhinum australe

Hay una característica que hace única a esta región en una feliz conexión del hábitat natural, con sus peculiares características geológicas, y el hábitat humano, con sus usos y poblamiento. Hablo de las cuevas y de las casas-cueva. Como decía antes, gran parte de esta depresión está ocupada por materiales sedimentarios arrancados de las montañas circundantes, niveles de arcillas, de areniscas, de conglomerados que se van mezclando y superponiendo en capas horizontales. Capas con niveles más sueltos y niveles más compactados en los que es fácil cavar dada la fragilidad o escasa cohesión de los materiales, incluso de forma natural, por erosión diferencial, materiales más duros crean bajo ellos cavidades producidas en materiales mucho más blandos, cavidades que has sido explotadas, ampliadas o creadas para uso humano desde la más remota prehistoria. Lo ideal es crear la cavidad bajo un duro estrato de conglomerados que garantice un largo futuro sin grietas ni derrumbes y enjalbegar (dar sucesivas capas anuales de cal) bien todo el conjunto, potenciando la dureza de techos y paredes y aprovechando bien la escasa luz del exterior.

Interior de la magnífica casa-cueva donde me alojé esos días

Tenemos como interiorizada una aversión casi natural (a mi madre casi le da algo cuando le dije que iba a dormir en una cueva) a lo que pueda significar vivir en una cueva, lo que entra en franca contradicción respecto a nuestros orígenes más remotos. Esa contradicción viene inculcada desde los tiempos más clasistas de la historia, hasta el más reciente franquismo, donde se desprestigió totalmente y se intentó erradicar la vida en casas cueva, como algo relacionado con la miseria y el retraso cultural, y no como lo que es en realidad, uno de los mejores aprovechamientos del medio natural para nuestra vida cotidiana o la de nuestros animales. Además, en ellas apenas hay mucha diferencia de temperatura a lo largo del año, manteniéndose entre los 14-18ºC en invierno sin calefacción y los 20-25ºC en verano sin aire acondicionado, todo un lujo en estas tierras de fuertes heladas invernales y tórridos veranos.

Desaparición no solo de las casas-cueva, también de las casas de campo. Abajo Bácor y Olivar (al fondo) con tantas cuevas como casas


       Desde las diputaciones provinciales y ayuntamientos se hicieron campañas en contra o prohibiciones de habitar viviendas cueva, como en el interior de la cuenca del Duero (Zamora, Palencia, Valladolid o Burgos), de la del Tajo (Toledo) y otras zonas españolas, también costeras, para erradicar la vida en la cueva, y según parece, a raíz de una serie de artículos de descrédito hacia el gobierno franquista por parte de medios de prensa extranjera en los años 50’ que pretendían subrayar la pobreza en la que mantenía ese gobierno a su población.

Cuevas en uso ganadero, de las pocas supervivientes

A pesar de estas campañas de descrédito y prohibiciones, estas tierras granadino-almerienses fueron las que mejor resistieron, con muchas familias que continuaron viviendo en ellas, a pesar de que muchos de los antiguos moradores se mudaron a los pueblos de casas con tejado a dos aguas. Hoy en día y ya desde hace un par de décadas, estas cuevas vuelven a tomar un nuevo auge y se calcula que pueda haber cerca de la nada despreciable cifra de 35.000 cuevas en uso en esta región, muchas en uso como establecimientos de turismo rural, como establos, como almacenes, como garajes, como bodegas, como restaurantes, etc.

Original establecimiento turístico con vistas al borde de un cañón.
Abajo casa-cueva en los altos de Gorafe


       Llevo tiempo que voy encontrando coincidencias que apuntan a este lugar, pues al vivir yo en un lugar relativamente parecido, el interior de la cuenca del Tajo, al comparar su historia geológica y vegetación con este Altiplano granadino, puedo ver que lugares que tienen características comunes, como puedan ser el encontrarnos en una cuenca interior, con un clima bastante continental y en “sombra de lluvias” que incremente la aridez, nos lleva a grandes coincidencias geográfico-biológicas.

Hastalos líquenes terrígenos se esfuerzan en proteger el débil suelo frente a los agentes erosivos

        Estos importantes factores, a pesar de la distancia y el contexto biogeográfico, conducen a ser colonizados por una vegetación, una fauna, un aprovechamiento humano del medio, es decir una agricultura, ganadería y formas de vida relativamente similares en lugares tan alejados uno del otro.

Distribución mundial de la Krascheninnikovia ceratoides, Astragalus guttatus y A. oxyglotis, sobra el explicar las conexiones con el mundo estepario asiático

       Desde mi conocimiento de la “cuenca de Madrid”, he podido comprobar difíciles coincidencias florísticas, incluso faunísticas, con el interior de la cuenca del Duero, el valle del Ebro, las áreas más áridas de la Mancha y, lo que era aún más impensable, las cuencas interiores del Altiplano de Granada. Tenemos especies escasas pero comunes en ambas depresiones como Aizoon hispanicum, Anchusa puechii, Astragalus clusianus, A. oxyglotis, A. scorpioides, Clypeola eriocarpa, Cynara tournefortii, Ferula loscosii, Silene oropediorum, Sisymbrium cavanillesianum, Sonchus crassifolius, Teucrium spinosum  y un largo etcétera.

Astrágalus scorpioides y Anchusa puechii, aquí y en Madrid

Las grandes depresiones, cuencas u hoyas ibéricas tienen en común, salvo la del Guadalquivir, abierta al Atlántico, y la del Ebro, abierta al Mediterráneo, el estar rodeadas de montañas desde las que han descendido los sedimentos continentales hasta rellenarlas en mayor o menor grado, aquí el relleno puede llegar al medio kilómetro, pero por ejemplo en la del Tajo puede alcanzar los tres. Todas contienen una serie de rellenos continentales en sus áreas de pie de monte y unos rellenos lacustres o evaporíticos en sus áreas centrales (aquí de escasa importancia), dando unas sucesiones estratigráficas y facies relativamente similares.


El medio natural del altiplano granadino se ha ido manteniendo más o menos al margen de las grandes agresiones que sí que han sufrido otras depresiones peninsulares, primero las cuencas abiertas del Guadalquivir y Ebro, con un gran desarrollo agrícola que ya venía siendo importante desde antiguo, pero que hace décadas ha supuesta una revolución agraria que, en la mayoría de los casos se ha llevado por delante lo poco que quedaba de la naturaleza salvaje de estos lugares y ha impuesto una explotación agraria muy consumidora y dependiente, primero del agua y luego de los fitoquímicos, amén de someterse a las urgencias económicas de rápidos rendimientos en cortos plazos. Casi que a esta desmesura agrícola se la podría denominar “jaenización”, pues el medio natural de las áreas inferiores de toda esa provincia, prácticamente ha desaparecido bajo la sombra de dieciocho millones y medio de olivos (y creciendo).

Nuevo parcelario con nuevos cultivos y olivos en intensivo en el altiplano

       La historia es similar en casi todas estas cuencas y el supuesto desarrollo económico agrario se está llevando por delante los recursos hídricos, actuales y futuros, y reduciendo a su mínima expresión la naturaleza salvaje. La escasa población de la alarba, está vegetando entre bordes de nuevas parcelas agrarias. También, como las restantes depresiones ibéricas, está experimentando una colonización desmedida y menos aún regulada, de explotaciones fotovoltaicas, donde por ejemplo, una bella mariposa endémica, la Euchloe bazae, se encuentra en peligro por el desarrollo de esta industria, incapaz de trastocar ligeramente una línea de evacuación. 

La profusión de barrancos hace de este un lugar ideal para la instalación de personas creativas. Abajo Euchloe bazae. Foto de Agustín de Orduña-sierradebaza.org


       Aquí en Guadix-Baza, dado lo intrincado del relieve , es lugar poco apto para negocios especulativos, pero el duro clima y la escasez de agua, otorgan una gran fragilidad a su medio natural frente a actuaciones que no suelen tenerlo en cuenta. Esperemos se sepa llevar una explotación racional del medio, con el mantenimiento de sus altos valores naturales y culturales de esta maravillosa región ibérica, estamos en un Geoparque internacional y en un lugar refugio de gran cantidad de seres únicos, sin reemplazo posible, todos nos merecemos que perduren estos altos valores naturales y culturales.


Más info:

- Altiplano granadino:
https://www.granadaaltiplano.org/
https://altiplanogranada.org/
https://sierradebaza.org/

- Pinares:
file:///C:/Users/kikel/Desktop/Altiplano%20Granada/Retos%20de%20gesti%C3%B3n%20forestal%20ante%20la%20masiva%20mortandad%20de%20%C3%A1rboles%20sufrida%20en%20la%20Sierra%20de%20Baza%20(Granada).html

- Euchloe bazae: 
https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-especies/dictamencc24-2017euchloebazaeweb_tcm30-487504.pdf

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