jueves, 21 de julio de 2011

Andanzas por Gredos - Un glaciar de bolsillo




       A la derecha el Torozo con  el macizo central de Gredos al fondo

Salida veraniega de retorno a la primavera, pues según vamos ascendiendo una montaña vamos viajando en el tiempo hacia atrás, lo que abajo empieza a estar agostado y reseco, según vas subiendo aparece más lozano y primaveral, incluso en alguna foto se puede apreciar la zona oscura, la ceja en la que acaba de desaparecer la nieve que aún no ha empezado su ciclo vegetativo, como si estuviese a punto de salir del invierno.


        Arriba y hacia la derecha zona oscura de nieve recién derretida

            Voy con Carlos y con Pedro que nos hace disfrutar de la "placidez" de la marcha al comentarnos como trabaja en su retén de incendios, con motosierra y desbrozadora a más de 35ºC y con todos los archiperres de su indumentaria. A veces pensaba que simplemente pasaban horas bajo el sombrajo, ahora veo que los que trabajan lo hacen de verdad.
            De camino al atravesar los primeros regajos o praderías vemos a un hombre, al que las vacas persiguen como luego lo harán con nosotros porque les lleva su droga preferida, la sal gorda. Le vemos agachado en los manantiales, después hablamos con él y nos cuenta que aparte de llevar sal a las vacas le gusta tener en buenas condiciones los manantiales, los ahonda, les limpia el tiro, les pone un trozo de teja o una hoja para que haya chorro y los protege del ganado. Un trabajo duro, sin recompensa, para que aquel que pase lo disfrute y apague su sed.

                   Meleagria o fritilaria, la suelo ver en Rivas a 600m. y en Gredos a 1900m.

             Damos vista a las diferentes sierras de Ávila al franquear la otra vertiente, estamos en un paisaje de berrocal con pequeñas montañitas graníticas, praderas, rocas gigantes aisladas y rellanos, con el macizo central de Gredos al fondo occidental. A la sombra de una de esas montañitas vemos una mancha negra, casi no lo podemos creer, a casi dos mil metros encontramos un gran tejo protegido del viento del norte por esas rocas y adaptado completamente como quien se tapa con una manta, por esta zona mijariega abundan los tejos, pero casi todos están entre los 1100 y los 1500m, éste marca un techo en su límite altitudinal.

                   Cerastium arvense y Ranunculus abnormis en medio del cervunal

            Vamos recorriendo la sierra ya fuera de camino, a tortas con el piornal, pasamos un par de vallejos y en uno de ellos veo la impronta que ya conozco, de casi todo Gredos, de lo que tuvo que ser un vallejo glaciar: las altas lomas con la roca viva al haber sido vaciadas del superficial manto de alteración arenoso que recubre todas las áreas cumbreñas, el recuenco en su base y una salida de todos los materiales desalojados en forma, a los lados de pedreras de bloques redondos y de frente pastizales cubiertos de cervunal donde se han depositado los materiales más finos. Por si hubiera alguna duda aparece una rectilínea morrena glaciar de empuje que se monta a veces sobre otra pedrera bien distinta de origen periglaciar o sea de rotura de roca in situ por acción del hielo/deshielo. Aunque sea lo menos que se despacha en glaciar, tiene todos sus elementos, su área de alimentación, su cabecera, su recuenco de circo, su salida y su cierre morrénico con los finos y área pro-glaciar. Es un glaciar de bolsillo, pero es un auténtico glaciar.


              Morrena de empuje glaciar montando una pedrera de bloques gelifractados.

He estudiado la acción del glaciarismo en todo el sistema Central y esta zona se escapa completamente, en teoría los glaciares son cada vez más importantes hacia el Atlántico dada la mayor pluviometría, pero empiezan, y tímidamente, al oeste del Puerto del Pico, si vamos hacia el este vuelven a aparecer muestras de relieve glaciar en Guadarrama y terminan un poco más allá  del Pico del Lobo en Ayllón. He visto lugares que casi seguro tuvieron glaciares pero tan claro y con todos sus elementos como en este caso, ninguno.


                         Praderas de cervunal aguas abajo de la salida del glaciar



            Subimos por las rocas todo este vallejo, vemos como varía la vegetación que en estas zonas no hace sino adaptarse a las micro ecologías creadas por el relieve, la humedad y la sedimentología de los suelos. Encontramos pequeñas turberas con vegetación adaptada a vivir sin apenas nutrientes y con mucho agua, con preponderancia de musgos, algunos de ellos únicos de estos medios como los Sphagnum y especies como Parnassia palustris, Viola palustris, la carnívora Drosera, Carex varias, Potentilla palustris, etc.  Megaforbios (vegetación de hojas grandes),  plantas muy norteñas adaptadas a vivir con mucha humedad, sombra y exceso de materia orgánica retroalimentada por su gran biomasa. En los megaforbios, comandados en Gredos por el enorme vedegambre (Veratrum album), muy parecida a la florida Gentiana lutea que también aparece aquí y con especies como Streptopus amplexicaule, Actaea spicata, Aconitum neapolitanum, A. napellus, Digitalis purpurea, etc. Plantas rupícolas, adaptadas a hundir sus raíces en fisuras de roca con apenas agua y suelo; vegetación anfibia de suelos rezumantes, y un largo etcétera que da una cotas de biodiversidad verdaderamente valiosas.


           Manantial y turbera asociada a un sustrato musgoso permanentemente lavado

             Vemos plantas muy interesantes, la meleagria (Fritilaria lusitánica) de amplia ecología, desde los yesos de Rivas a estos piornales, también la uva de zorra (Paris quadrifolia), venenosa belleza norteña, la belleza escandalosa y heráldica de la azucena silvestre (Lilium martagon) y algunas más.


                       Uva de zorra (Paris quadrifolia) en su ambiente megafórbico


              El helecho de pedrera, Dryopteris oreades, señala las pedrera estabilizadas

            La verdad es que esta región montañosa y más alta de Gredos Oriental siempre me ha parecido que no tiene parangón en este variado sistema Central. Encuentro aquí cosas en abundancia que sólo aparecen puntualmente en el resto de la sierra. Por ejemplo cerezos de flor (Prunus padus), mundillos (Viburnum opalus) o abedules, veo mezclas inauditas para estas alturas como álamos temblones (Populus tremula) con helecho real (Osmunda regalis) y especies ausentes en el resto como los acónitos azules (Aconitus napellus), no olvidemos que aquí se encuentra una de las localidades botánicas más señeras de la península como es el Pinar de Hoyocasero. Creo que en estos valles deben darse unas condiciones micro climatológicas únicas derivadas de su condición de puente entre el valle del Tormes y el del Alberche, y también de enlace entre las sierras del norte, Serrota y Zapatero, y las del cordal principal de Gredos al sur.


 Último resto de nieve en el área del último gran nevero de Gredos Oriental y su valle inferior

            Volvemos cuerdeando, con cierto surrealismo, un huevo recién roto en los alto de un pico, un lejano vallejo del que provenía la música de un trompetista entonando un lejano pasodoble, un pollito desvalido en medio de un pedregal, en fin, en una hora y media de vuelta a los rigores del verano, pero con la mochila cargada de vivencias y cuestiones.

                   Centaurea triumphetti en una zona de helechos y cardales gredenses

1 comentario:

  1. Me ha encantado tu crónica Enrique y tu explicación del glaciarismo. A ver si me dejo caer algún día por Hoyocasero.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...