domingo, 24 de junio de 2012

El motociclismo arrasa un rincón del Parque del Sureste de Madrid


Dada la cercanía a Madrid y ciudades de su extrarradio, la naturaleza de estos campos está sometida a todo tipo de agresiones, entre las más comunes y dañinas están el vertido de basuras y escombros, y la práctica del motocross, en todas sus variantes: enduro, trial, quads, etcétera, que en teoría solamente se pueden practicar en los lugares expresamente autorizados y acondicionados para ello; pero cualquier chaval (y no tanto), se puede coger la moto y meterse por donde quiera, dado que la vigilancia es muy escasa y tiene una jornada laboral limitada.

Antes había rodadas pero ahora con el campeonato, son calles
  
            Aunque aquí la población, en general, no aprecie la riqueza natural del entorno donde habita, los valores naturales de esta zona madrileña son enormes. Aquí se da una mezcla de ecosistemas poco común en la península, una mezcla de litologías que impone una variada vida vegetal,  como son las peculiares plantas de suelos de yesos, de las sales y de las dolomías, junto con calizas y fértiles suelos aluviales. El relieve es muy variado, desde la vega a las lomas pasando por altos cantiles. Habiendo tant variedad de nichos ecológicos, así es de variada la vida que los habita.
            Recuerdo hace años ver a jóvenes naturalistas e investigadores marchar para la Sierra en busca de descubrimientos, para luego a los pocos años cambiar de mentalidad y asombrarse con los descubrimientos biológicos realizados en las áreas más bajas e incluso cercanas a Madrid. En esto tiene mucho que ver la idea anglosajona generalizada de la belleza natural: bosques, lago y montañas con nieve; lejos, que no ausente, de la realidad ecológica de nuestro solar patrio.

Aspecto de las laderas con aulagar-retamar antes del campeonato

    Un domingo hace poco pasaba entre la M-50 y la Radial-3 hacia el Jarama, cuando vi una gran nube de polvo que me llamó la atención, poco más adelante pude ver desde el coche un montón de motos y gente. Toda esa nube de polvo provenía del enorme destrozo que las motos estaban ocasionando en este magnífico rincón madrileño. Se trataba de una prueba del Trofeo Comunidad de Madrid de Tramos Cronometrados Enduro organizado por el club MotoCra de Vicálvaro y, por supuesto, autorizada por la Junta de Distrito de Vicálvaro, que parece "apostar por el deporte" a costa de su último rincón natural.

Todas las laderas asurcadas, al fondo la M-50 y la R-3
  
El año pasado un día antes del campeonato, casualmente, pudimos comprobar el balizamiento y señalización del trazado del circuito. Enterados del campeonato en un lugar tan valioso y a base de llamadas y denuncias, se consiguió parar la prueba en el último momento. Este año hemos llegado demasiado tarde. La colaboración de las autoridades se realizó muy a regañadientes y el posterior cabreo de los organizadores mayúsculo, incluyendo todo tipo de amenazas e insultos, tras localizarnos alguna dirección de correo. Pero parece que ha servido de bien poco, a tenor de los hechos.

Troncos y raíces destrozados entre las rodadas

Este es un rincón muy bien conservado por encontrarse rodeado de infraestructuras que lo incomunican, lejos de núcleos urbanos y en tierra de nadie, es sólo parcialmente Parque del Sureste, es medio de Rivas, medio de Vicalvaro y es de difícil acceso. Pero eso mismo es lo que ha llevado a su indefensión a pesar de ser L.I.C. (Vegas, cuestas y páramos del sureste de Madrid) y Z.E.P.A. (Cortados y cantiles de los ríos Manzanares y Jarama).

  
Hoy me he acercado a ver los destrozos, este rincón lo tengo muy paseado y a pesar de estar cerca de la M-50 y de la R-3, no deja de tener una naturaleza rica y en muy buen estado. Estas cuestas y vaguadas ya estaban tocadas, como casi todas, por los senderos de las motos, pero ahora el destrozo ha sido enorme, la cantidad de tierra removida y las plantas deshechas son apreciables desde lejos. El enrevesado recorrido, con curvas reviradas y rampas para saltos, ha destrozado más allá de la primera capa de suelo. Las área de "costra" de yesos, una peculiar formación liquénica, han acusado claramente hasta el pisoteo de espectadores y jueces.

Aspecto de la costra de líquenes y alguno de sus escasos moradores: jarilla de los yesos
  
Hay que decir que se ha recogido casi toda la basura generada y que los organizadores han plantado seis almendros. Pero para demostrar su respeto por el medio ambiente, lo mejor es que nunca se hubiese celebrado aquí este lamentable evento. Pero lo peor, por muy triste que pueda parecer ahora este lugar, va a ser el momento en que lleguen las lluvias y sean canalizadas por los surcos de las rodadas, entonces la  erosión y pérdida de suelo va a ser aún mayor que la actual.

Buenas intenciones pero poca coherencia

Estoy seguro de que la práctica de este “deporte” es muy disfrutona, y que el garabateado recorrido, también lo es. Pero hay “deportes” que no hacen sino ensordecer, molestar y excluir otros tipos de disfrute o peor aún, destrozar el lugar donde se realizan. Solamente por esto deberían prohibirse tajantemente, salvo en circuitos expresamente habilitados para su práctica. Ya el colmo es que se practiquen en lugares de alto valor ecológico o en lugares protegidos.

¿Qué pasará aquí cuando lleguen las lluvias?   Hace poco era una ladera uniformemente vegetada
  
Las razones para respetar este lugar son sobradas:

1) Es un lugar en magnífico estado de conservación con gran variedad de comunidades vegetales que, aunque sin apenas presencia arbórea, posee una riqueza difícil de encontrar en otros lugares del entorno. En la vecindad de áreas urbanas y degradadas.

2) La presencia de especies muy poco comunes en todo Madrid, como el azafrán silvestre Colchicum triphyllum, Klasea o Serratula flavescens, Geropogon hybridus, Asperula aristata, la salina Plantago maritima en una abundancia única en Madrid, albardín Lygeum spartum y comunidades únicas en la zona como el pastizal de Brachypodium retusum, etc.

El pequeño albardinal (Lygeum spartum) más cercano a Madrid capital, se salvó por los pelos

3) La enorme fragilidad de este medio. Los suelos sobre yesos son enormemente frágiles, y una vez perdida la capa superficial del suelo, tienen una larga y difícil recuperación. Una importante parte de estos suelos está formada por la llamada "costra yesífera" hecha de líquenes que acolchan y protegen el mínimo suelo subyacente, pero esta capa es aún más débil que los suelos anteriores. El resto (calizas, dolomías y sílex), a pesar de gozar de una buena capa de suelo rico en materia orgánica, por su orientación, si se asurcara, quedaría expuesto a su desecación y posterior arrastre en época de lluvias.

4) El gran potencial arqueológico de este enclave, con canteras y minas de sílex trabajado in situ, al igual que en el muy cercano yacimiento de Casa Montero.

El llantén de salina (Plantago maritima) en su mejor población madrileña

5) Por alguna razón difícil de explicar, estos terrenos quedaron en contacto, pero fuera del Parque Regional del Sureste, y para acceder a ellos hay que atravesarlo, (zona de protección B1), lo que está explícitamente prohibida en el P.R.U.G. del parque.

Hay otras muchas razones, entre ellas todas las "legales" que provocaron que el año pasado fuera "ilegal" este campeonato, aunque parece que este año, como nadie lo ha denunciado a tiempo, ha sido "legal".

El muy escaso Geropogon hybridus en una de sus últimas poblaciones madrileñas

Esta zona ya está bastante vapuleada a nivel particular por moteros y desaprensivos, y a nivel administrativo por la instalación de grandes infraestructuras que han fraccionado todos estos cerros, con la M-50, la R-3, gasoductos, canalizaciones, el AVE y un largo etcétera. Por otro lado el Ayuntamiento de Rivas, que debería velar porque no se hubiese producido este acto, arrasó todas las zonas cimeras hacia el oeste, en un delirio urbanizador absolutamente desproporcionado para las necesidades de Rivas y más aún para los tiempos que corren.
La solución más lógica y económica, pasaría por la protección efectiva de todas las erosionables cuestas que hay entre los llanos de Vicálvaro-Coslada, hoy prácticamente urbanizados y llenos de grandes infraestructuras, y el Parque del Sureste que ocupa las vegas, sus bosques de ribera, los cantiles y la primera franja tras éstos. Son pocas hectáreas y en muy buen estado de conservación, y pueden ser un futuro “pulmón” y un área de esparcimiento de los actuales y futuros desarrollos, y siempre es mejor y más barato, tener un buen Parque Natural que una zona ajardinada artificial.
El Cristo de Rivas, los cantiles y vegas del Jarama a menos de1km de las motos
  
Además estos lugares están llenos de joyitas botánicas, entomológicas y geológicas; hay interesantes yacimientos antropológicos y el derruido castillo del Duque de Rivas que sobrevuela la famosa ermita del Cristo de Rivas, que aún conserva una de las mejores olmedas madrileñas y unas praderas-juncales únicas por su riqueza y composición florística.  Todo ello en un magnífico mirador sobre las vegas del Jarama, con los páramos alcarreños cerrando el paisaje por el oriente.
Por todo esto hay que pedir una protección clara y efectiva de estos lugares tan expuestos, una señalización de la prohibición de esta actividad supuestamente deportiva y, por supuesto, la depuración de responsabilidades, empezando por las instituciones que han participado en que este desastre.

 Más info: (también se puede encontrar lo del año pasado)
https://sites.google.com/a/arbabajojarama.com/herbario/el-motociclismo-arrasa-con-el-parque-del-sureste

jueves, 14 de junio de 2012

CTC de Coslada: Un paraíso botánico entre naves industriales y escombreras


         Hace un par de meses colgué una entrada rápida sobre un lugar con una riqueza botánica impresionante en un lugar absolutamente impensable, desde el punto de vista de su integridad natural. Esa entrada vino motivada por la urgencia de poner en conocimiento de todos el peligro inminente de urbanización de esta inclasificable localidad botánica.

En el solar, cerca de las vías aparecen unas espigas poco comunes fuera de los sembrados

         Se trata de unas escasas hectáreas en un entorno urbano-industrial a las afueras del municipio madrileño de Coslada, al este de la capital, casi en la línea de aterrizaje de los aviones que llegan a Barajas. Este lugar ya estaba en nuestro “cuaderno de campo” (véase el blog de Javier Grijalvo). Pero como otros tantos lugares interesantes botánicamente con alguna valiosa joya, era preferible mantenerle en su pacífico anonimato. Hace unos años hablando con Juanma Martínez, el botánico que mantenía esta localidad en estudio y a buen recaudo, le pregunté, como mejor conocedor botánico de toda la región este de Madrid en sentido amplio, por su localidad botánica preferida. Me dejó perplejo al no remitirme a ningún cañón escondido,  ignoto quejigar o sierra perdida, sino a un descampado en el entorno industrial madrileño.

Tras un sofá desvencijado un gran Astragalus alopecuroides

         Pero desgraciadamente en este Madrid nervioso y voraz, en este desrregularizado Rincón de Espe, nada permanece libre de peligro. Y en efecto, a pesar del abandono de naves y locales en polígonos, a pesar de la contracción de los procesos urbanizadores, estas hectáreas libres del Puerto Seco del Centro de Transportes de Coslada (C.T.C.), fueron adjudicadas para la creación de un centro logístico de la empresa farmacéutica COFARES. Se plantó un cartel en la parcela y la entrada de máquinas era inminente.

El magnífico solar, a nivel botánico, adquirido por la empresa COFARES

         Las acciones emprendidas por asociaciones ecologistas (Ecologistas en Acción, ARBA, Jarama Vivo, GRAMA, El Soto, etc.), asociaciones vecinales y de todo tipo, promovidas por Juanma, Javier Grijalvo y numerosos científicos e Instituciones han parecido tener cierto efecto con la ralentización del proceso urbanizador. A pesar de todo, hace poco aparecieron vertidos de escombros y basuras en el interior de la parcela, a pesar de la vigilancia por parte del Ayuntamiento de Coslada, que parece estar más interesada en que no se metan “ecologetas” a que se tiren escombros y basuras en su interior.

Cynara tournefortii rodeada de escombros

         Esta parcela como ya comenté en la entrada express, contiene joyas botánicas que ni siquiera están en la lista roja de las especies madrileñas en peligro, por la total ignorancia sobre su existencia madrileña, por la escandalosa falta de actualización de dicho catálogo o porque hacía más de 150 años que no se veían en Madrid. Aquí está la única población madrileña de Malvella sherardiana y una de las dos del cardo gigante (más bien alcachofa) Cynara tournefortii , también aparecen las muy raras (al menos en Madrid), Convulvulus humilis, Teucrium spinosum, Klasea flavescens, Geropogon hybridus, Scolymus maculatus, Minuartia hamata, etc. y otras poco corrientes como, Silene muscipula, Astragalus scorpioides, Astragalus alopecuroides, etc. Pero hace poco se ha determinado con rotundidad una gramínea, aquí y solo aquí abundante, el trigo originario de nuestro trigo del pan, Triticum boeoticum, una planta de Turquía y algunos puntos del extremo suroriental de Europa.

El bello Geropogon hybridus en una de sus escasas localizaciones madrileñas

         ¿Quién puede creerse esto viendo las inmensas escombreras, obras, vías de tren y demás incongruencias que rodean a estas pocas y atormentadas hectáreas?
         La explicación sobre la presencia de estas especies parece estar en la poco común combinación litológica de estos terrenos donde aparecen interestratificados lentejones de sílex, capas finas de sepiolitas, de dolomías, de arenas, etc. pero el material principal son arcillas verdes. A nivel geológico estamos en una zona de contacto o transición entre la Cuenca sedimentaria de Madrid y el final de la rampa de la sierra, en un punto en que la gran variedad de facies laterales de borde de la Cuenca de Madrid tiene una originalidad, por así decirlo “planetaria”. Estamos en uno de los pocos puntos de gran abundancia de magnesio, que da su personalidad bioquímica a las poco comunes arcillas verdes y a las menos corrientes aún sepiolitas, mostrando éstas aquí su mayor concentración mundial, muy explotadas en la vecindad, en Vicálvaro, lugar que probablemente, junto con la hoy inexistente localidad botánica clásica de El Cerro Negro, en Vallecas, poseería un tipo de vegetación parecido. De hecho muchas de las extintas citas de esta localidad clásica han “resucitado” en el CTC de Coslada.

Cynara tournefortii, una alcachofa silvestre escasísima, la joya de Coslada

La presencia del magnesio, que hace que aparezcan ciertas plantas ligadas a este mineral, es una incógnita geológica que trae de cabeza a los científicos, al parecer es condición indispensable para estas acumulaciones, la existencia de fenómenos volcánicos junto con una gran acumulación de sales. La segunda parte se cumple pero la primera solo podría haber ocurrido por medio de manifestaciones hidrotermales, la única teoría, hoy por hoy, algo convincente.

Klasea o Serratula flavescens, una planta dependiente del magnesio

También hay que valorar el paso de una cañada real, foco de movimiento de especies por medio del vector ganadero, como me hizo ver claramente una vez Gilfer, mostrándome en una cañada principal, cerca de su Cabañeros, el cervuno Nardus stricta, impensable en Ciudad Real, traído, sin duda alguna, por el ganado. También hay que considerar el largo abandono de la explotación agropecuaria de estos terrenos en perpetuo “barbecho industrial”. El estar rodeado por terrenos industriales antiguos, las líneas de tren, con sus servidumbres, terrenos accesorios y expropiados; las zonas mineras vecinas, los solares destinados a escombreras, etcétera, ha propiciado que muchas superficies gozaran de una “libertad vegetal”, libre de presión, nada común en nuestras tierras.

Malvella sherardiana entre lascas de sílex

Más difícil de explicar parece ser la existencia del ancestro de nuestro trigo, un trigo de Asia Menor. Aquí me marco mi propia teoría: Esta región Madrileña es de las pocas de España en las que el sílex es un material abundante. Hace pocos años al abrir las trincheras para construir la M-50, en el estudio de impacto arqueológico se trabajó en uno de los yacimientos, relativamente comunes por aquí, de restos de una explotación neolítica del sílex, en Casa Montero, la parte de Coslada más cercana a Rivas. Las conclusiones fueron sorprendentes, estas gentes se dedicaban a la extracción, industria y comercio del sílex, actividad  confirmada con la aparición de materiales y productos del este del Mediterráneo y de otros lugares peninsulares. Por mi parte, incluyo este trigo arcaico entre las mercancías objeto de comercio y posterior uso en esta zona, de la que no salió con éxito por competir con otras costumbres nutricionales locales y por la posterior hegemonía de otros trigos de mayor provecho.

Trigal de trigo primigenio, Triticum boeoticum, una singularidad botánica a nivel europeo

Esto hablando de plantas, pero la riqueza entomológica de este lugar no se queda al margen, apareciendo especies muy poco comunes, en las que ya no estoy tan versado como para atreverme con los datos.
El planteamiento de Ayuntamiento y Comunidad, es quitarse de encima “la papeleta”, proponiendo un traslado de las especies en peligro al vecino Parque del Sureste de Madrid, pero sería tan absurdo como intentar trasladar las arcillas verdes y esa rara mezcla de materiales. Además la Comunidad acaba de mostrar su total ineptitud en la protección de especies en peligro, ya que propuso el traslado total de plantas a Parque Sur en Leganés, donde estaba la otra población madrileña de Cynaras; pues bien, esta población acaba de ser recientemente “barrida” con los trabajos de desbroce con tractor por la empresa TRAGSA, a pesar de estar las plantas protegidas y convenientemente señalizadas.

Astragalus hamosus

Todo pasa por dar valor a lo que lo tiene y hacer de este lugar una Micro-reserva. Solares industriales hay hoy en día para elegir, incluso una empresa farmacéutica ganaría en publicidad más que con cualquier otro tipo de campaña si supiera poner en valor su ejemplar acción realizada sobre tan importante localidad botánica. También se han llevado a cabo, por lo que veo, trabajos de inventariado, marcación y limpiado-aislado de las plantas, pero creo que está teniendo un efecto adverso, con un mayor pisoteo y secado al retirarles la protección de otras especies.

Cynaras medio secas tras ser inventariadas, controladas y "limpiadas"

Estos días en el Jardín Botánico de Madrid se muestra la Exposición “Por qué hablamos de Descampados”, instalada después de años de trabajo de prospección e investigación por parte de: Juan Manuel Martínez, Andrés Revilla, Javier Grijalbo y Emilio Blanco. En ellas se muestra claramente el importante papel jugado por estos tortuosos espacios libres en la ecología de nuestras ciudades y extrarradios. Una exposición importante y sorprendente que culmina botánicamente en lugares como el CTC de Coslada. Felicidatarles a todos ellos y darles las gracias por intentar abrirnos los ojos sobre una realidad que se nos escapa de las manos.
Parece que queda lucha para rato, esperemos que las apelaciones a las autoridades europeas y a la empresa COFARES, rindan finalmente los frutos que todos deseamos.
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