domingo, 22 de diciembre de 2013

Los Mestos


           Mesto es el nombre que en el campo se le ha venido dando desde antiguo al árbol híbrido entre dos especies, estando este nombre casi reservado, por la frecuencia con la que ocurre, a los híbridos del género Quercus (aquellos árboles -o arbustos- productores de bellotas). Por su singularidad y por diferenciarse del resto de árboles, a veces no se les ha talado y han llegado a viejos; de hecho como toponímico, "El Mesto" es frecuente.


            Salvo situaciones ecotónicas, mucho más corrientes de lo que pueda pensarse, cada especie ocupa un nicho ecológico determinado. Así la encina ocuparía un lugar preponderante al concordar con las condiciones medias de la gama termo-pluviométrica peninsular, potenciada además por factores edafo-topográficos o culturales.

A veces los mestos son viables y prolíficos - Quercus senneniana (Q. rotundifolia x Q. faginea)

            Las principales especies que trataré son las quercíneas propias del centro peninsular silíceo: la coscoja (Quercus coccifera), la encina (Q. rotundifolia), el alcornoque (Q. suber), el quejigo occidental (Q. broteroi) y el roble melojo (Q. pyrenaica), ordenados de mayor a menor adaptación a la xericidad y, por supuesto, de algunos de sus mestosAunque por aquí también aparezcan, los quejigos de los suelos calizos orientales (Q. faginea) o los muy escasos robles andaluces (Q. canariensis).



             ESPECIE               RANGO TÉRMICO            RANGO PLUVIOMÉTRICO

            Coscoja                           40ºC a -5ºC                                250 a 450 mm.
            Encina                             40ºC a -10ºC                              350 a 550 mm.
            Alcornoque                      40ºC a -5ºC                                 450 a 600 mm.
            Quejigo                            35ºC a -10ºC                              500 a 700 mm.
            Roble  melojo                   35ºC a -15ºC                              600 a 800 mm.


Como se puede ver en la tabla, donde faltaría el tipo de sequía veraniega que pueden soportar, cada especie tendría su nicho ecológico a pesar de un solapamiento, más importante de lo que parece. Dado que nuestro territorio es sumamente variado, es frecuente la mezcla de algunas de estas especies en localidades de variada topografía, lo que conlleva variaciones microclimáticas y edáficas. Además algunas especies dependen de aportes extra de humedad de las laderas o del subsuelo. En general, no tienen grandes requerimientos edáficos; quizás el alcornoque prefiera suelos arenosos y los quejigos suelos profundos. Los mestos surgen en las situaciones ecotónicas, es decir, de solapamiento entre los distintos tipos de bosque.



Existe una catena altitudinal de sucesión de especies en función de la altitud, encinar > alcornocal > robledal, variación dada por el endurecimiento térmico al ascender, aparejado por un aumento en las precipitaciones. Esta variación pluviométrica influye tanto al aumentar la altitud, como a nivel zonal, como el aumento de las lluvias según nos alejamos del centro peninsular hacia el Atlántico. Por esto la sucesión de pisos de vegetación no ocurre a iguales altitudes en Gredos o en Guadarrama, en los montes toledanos o en la sierra de Montánchez.

Enorme quejigo (Quercus broteroi ) en los meandros del Guadiana

Pero existe una región, tanto a nivel zonal como altitudinal, que llamaría la “Zona de Los Mestos”, que es aquella de transición entre el piso de la encina y el piso del roble, aquí es donde con mayor frecuencia aparecen los alcornocales y los quejigares, que junto con las encinas de las zonas bajas y los robles de las altas, dan lugar a una mayor frecuencia en la aparición de los mestos entre todas estas especies.

Quejigos, encina, alcornoques y melojos conviven en la línea 550m en el valle del Tiétar

Media Extremadura es una zona de transición pluviométrica, entre el encinar manchego y el robledal portugués; y también se podría trazar una sinuosa curva perimetrando el Sistema Central, Montes de Toledo y otros montes, que dejara abajo a la encina y arriba al roble. Esta sería la línea altitudinal de los mestos y la primera, la zona de los mestos por transición pluviométrica.

                        Quejigos (Quercus broteroi), alcornoques (Q. suber) y encinejas (Q. rotundifolia) de izquierda a derecha.

En la península existen varias regiones ricas en mestos al cumplir con lo anterior y por el hecho de contar con un buen conjunto de diferentes quercíneas, con lo que la hibridación está servida en bandeja. Estas áreas más ricas en mestos serían:

1.- Las áreas montuosas extremeñas y norte de Huelva (W):
            Q. rotundifolia + Q. suber + Q. broteroi + Q. pyrenaica + Q. coccifera
            Escasos: Q. robur + Q. lusitanica + Q. canariensis
Mestos:            Quercus x senneniana                  = Q. faginea x Q. rotundifolia
                        Quercus x neomairei                     = Q. broteroi x Q. pyrenaica
                        Quercus x mixta                           = Q. suber x Q. rotundifolia
                      Quercus x auzandrii                       = Q. rotundifolia x Q. coccifera
                               Quercus x battandieri                   = Q. coccifera x Q. broteroi
                                    Quercus x neomairei (welwitschii)                        = Q. broteroi x Q. pyrenaica
                        Quercus x marianica                     = Q. canariensis x Q. broteroi
                        Quercus x andegavensis              = Q. robur x Q. pyrenaica

Mesto en discusión, Quercus x neomairei: Quecus pyrenaica x Q. broteroi ?

2.- La región sub-pirenaica y montes costero-catalanes  (NNE):
           Q. pubescens + Q. subpyrenaica + Q. ilex + Q. rotundifolia + Q. faginea + Q. petraea                                    Escasos: Q. robur + Q. suber + Q. canariensis + Q. coccifera
Mestos:            Quercus x cerrioides           = Q. pubescens x Q. faginea
                        Quercus x kernerii             = Q. robur x Q. pubescens
                        Quercus x calvescens        = Q. petraea x Q. pubescens
                        Quercus x desmotricha      = Q. subpyrenaica x Q. canariensis
                        Quercus x coutinhoi            = Q. robur x Q. faginea

El magnífico mesto  de Sta. Quiteria, Quercus x hispanica (Q. faginea x Q. suber), podría ser el mayor árbol de todo Cabañeros

3.- El centro-sur de Asturias-Cantabria-Galicia (NNW).
            Q. robur + Q. petraea + Q. pyrenaica                   Escasos: Q. faginea + Q. orocantabrica + Q. ilex + Q. suber + Q. rotundifolia + Q. pauciradiata
Mestos:            Quercus x rosacea              = Q. petraea x Q. robur
                        Quercus x trabutii                = Q. petraea x Q. pyrenaica
                        Quercus x puentei               = Q. orocantabrica x Q. petraea
                        Quercus x penasii               = Q. orocantabrica x Q. pyrenaica

Quercus x marianica (Quercus canariensis x Q. broteroi), entre Sierra Morena y Montes de Toledo

Los Quercus pueden hibridarse casi todos, pero lo hacen con más facilidad aquellos más cercanos en sus características (como el tipo de hoja: perisistente-marcescente-caediza) o en su genética (por subgéneros). Así se explica ese "mapa" previo de los mestos, en el eje norteño NNW, están los Quercus de hoja caediza (robur- petraea- orocantabrica) y localmente (faginea, suber, ilex y rotundifolia, incluso Q. lusitanicus en la costa sur gallega).

Quercus x senneniana (Q. faginea x Q. rotundifolia) cerca de las Tablas, el mayor de todos hace poco rompió dos de sus tres enormes ramas

En el eje subpirenaico-catalán NNE, los submediterráneos y marcescentes (Q. pubescens (antes Q. humilis), Q. faginea y Q. subpyrenaica, éste muy abundante y de origen híbrido entre los anteriores que para muchos es la nothoespcie Quercus x cerrioides. Aparte de las xerófilas Q. rotundifolia, Q. ilex y Q. coccifera, también los caducos Q.robur y Q. petraea. Ya cerca de la costa al elenco se le suman el alcornoque y el quejigo andaluz (Q. canariensis) lo que viene a aportar más posibilidades de mestizaje.

Mesto en discusión, la enorme "coscoja" de la carretera de Piedrabuena a Arroba de los Montes, puede ser  Quercus x auzandrii (Q. rotundifolia x coccifera) o Quercus x battandieri (Q. broteroi x coccifera)

 Los mestos no son especies verdaderas aunque algunos vayan especiando, son nothospecies, (notho: híbrido), se nombran por la combinación de sus padres o con el binomen: Género y la notación "x" previo al nombre nothoespecífico. Los mestos más comunes son:
Quercus x senneniana       >          Quercus faginea x Q. rotundifolia
Quercus x numantina >          Quercus faginea x Q. pyrenaica
Quercus x morisii                >          Quercus rotundifolia x Q. suber
Quercus x hispanica           >          Q. faginea x Q. suber

Mucho menos comunes son los mestos entre los Quercus más escasos: Q. lusitanicus, Q. canariensis, Q. orocantabrica y Q. pauciradiata.  


La determinación de los mestos es muy compleja, con algunos amigos sigo discutiendo todavía algunos casos. Un carácter clave son los pelillos (tricomas) del envés, además del porte y la hoja, donde se ve el parecido con el padre y la madre, y a cual de los dos se parece más. También es complicada su taxonomía, pues a la lista de más arriba hay que añadirle los mestos menos comunes y los nombres antiguos o invalidados.



En el continente americano, al contrario que en Europa, las glaciaciones no han acorralado a las especies, que tendrían que desaparecer por no poder migrar en sentido norte-sur, y las quercíneas se han diversificado tres veces más que en Europa, y en Europa con su rica variedad mediterránea y sin un Himalaya de barrera, son el doble de diversas que en Asia. En la parte americana más parecida a nuestra región mediterránea (California y Méjico), llega a haber hasta cuatro veces más especies de quercíneas que por estos pagos, y las adaptaciones a la sequía son aún más ricas y variadas que en nuestra región.

Mestos Quercus x numantina (Q.faginea x Q. pyrenaica) más como bosque que como individuos en la sierra de la Calderina



Según las previsiones de cambio climático, hay científicos postulando como método para curarse en salud, la plantación en las montañas de varios tipos de Quercus , pues por si mismos y con el paso de los años esas especies irán hibridándose. Esos híbridos heredarán características intermedias entre sus parentales, a todos los niveles, físicas y ecológicas, y en situaciones de stress ambiental, prevalecerán las especies más adaptables y las quercíneas han demostrado esa capacidad, como he podido comprobar en algunas sierras de los Montes de Toledo oriental. En ellas buscando melojos, lo que he encontrado, ha sido buenos rodales de Quercus x numantina, híbridos entre quejigo y melojo, sin duda bien adaptados a esa nueva situación de mayor sequía que ya no puede soportar un roble melojo.

martes, 26 de noviembre de 2013

Marcha por la inclusión de los Ojos del Guadiana en el Parque Nacional


            El domingo 17 de noviembre he participado en una marcha reclamando la inclusión de los Ojos del Guadiana en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. La marcha se ha realizado, a pesar de las inclemencias meteorológicas, por los iniciales Ojos del Guadiana, algunos con agua retenida pero no corriente, es decir, aún no es el agua del acuífero inmediato, sino del “aluvial”, el de la capa superficial impermeable.


Sembrado (sobre el D.P.H.) en el que se encontraba uno de los primeros Ojos del Guadiana

          La mañana amaneció bajo cero con una espesa niebla que afortunadamente se fue disipando poco antes de la cita: a las diez de la mañana, la previsión era de lluvia débil que aumentaría en intensidad con el trascurso del día; ese día la máxima no llegó a los cinco grados, o sea, el día más frío del año.


Una lección de historia y también de lo que nunca se debe volver a hacer, a cargo de Conce

             A pesar de todo, y sabiendo que mucha gente se echó para atrás, sobre todo los que venían con niños, poco más de cincuenta personas nos dimos cita. El motivo era reivindicar la corrección de un monumental error histórico, la no inclusión el día de la creación del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, de su fuente primigenia de agua y vida, los ancestrales Ojos del Guadiana. Este error acaba de ser clamorosamente reiterado, con la no inclusión de este tramo de los Ojos en la reciente ampliación del Parque Nacional.


Cambios del pasado a la situación actual en los Ojos del Guadiana
 a través de la fotografía aérea en un panel in situ

            La ampliación ha ido por otra parte, desoyendo a todas las voces autorizadas, se trataba simplemente de incluir las fincas compradas desde hace años, teóricamente para evitar excesivos consumos de agua en la vecindad del Parque. Compras bajo sospecha de especulación intencionada, compras con dinero público (mío y de usted), que no han aminorado esos elevados consumos. La ampliación ha esquivado áreas de enorme riqueza ecológica y mayor potencial, incluyendo un mínimo inexcusable, la llanura de inundación que es el Dominio Público Hidráulico (D.P.H.) del Guadiana y Cigüela que increíblemente se encuentra sin deslindar todavía.

Aquí se puede apreciar por el tono oscuro del suelo, lo que fue zona inundables y por lo tanto D.P.H.

            La promesa está lanzada al aire, en cuanto se deslinde el D.P.H. se añadirá al Parque. El razonamiento parece simple y más con la facilidad que da la teledetección para saber cuales son las potenciales superficies inundables, pero será todo lo complicado que las autoridades quieran. Parte de los terrenos están usurpados al río; hace unos 30 años, cuando dejó de salir agua por los Ojos, debido a las presiones de los extractores de turba, un juez extremeño dictaminó que el Guadiana no existía y que las tierras eran prácticamente ocupables. La chapuza del leguleyo fue revertida en 1994, cuando el Tribunal Supremo dictaminó que aunque no existieran aguas superficiales, toda esa zona seguía perteneciendo al D.P.H.; sentencia aún sin cumplir.

Las rocas de la limpieza de las viñas han ido sistemáticamente al D.P.H. y a rellenar Ojos y socavones

            Algunos avispados agricultores y propietarios colindantes fueron cambiando las lindes y se metieron donde no debían, algunos hicieron inversiones fomentadas por las administraciones, otros incluso pasaron los tractores sobre ruinas arqueológicas para instalar riegos o para destruir posibles hallazgos, no fuera que les expropiaran. Los políticos castellano-manchegos siempre han solido ser, de un signo o de otro, marionetas de los intereses locales (ASAJA), pasando por encima del interés general que también es el suyo.

En el centro del valle una aislada "motilla" cercenada lateralmente por un tractor. (ampliar para ver el gran bando de grullas al fondo)

            La agricultura pasó hace muchos años de ser casi una esclavitud, a ser un trabajo subvencionado por esa misma Europa que “tira” el dinero para que puedan conservarse los humedales manchegos. Un caldo de cultivo perfecto para la picaresca, y los agricultores manchegos serán de pueblo, pero de tontos no tienen un pelo, aunque han estado a punto de regar con lo peor del “culo” del acuífero, lo que podía haber significado el desprestigio total de los productos de "toda" la región.

Conce nos habla sobre la vida antaño, en esta desvencijada casilla de pescadores

            La marcha fue aderezada por las continuas paradas para escuchar las explicaciones sobre los lugares por los que pasábamos, gracias, principalmente a las enseñanzas de Conce, el veterano cronista de la ecología y arqueología de Villarrubia de los Ojos, con sus explicaciones apoyadas por sus propias vivencias, investigaciones y comentarios de los furtivos del detector de metales. 


Antigua foto aérea de los iniciales Ojos del Guadiana (puntos negros en la zona oscura), como el Ojo de la Señora rodeado con un círculo rojo. La marcha trascurrió de la esquina sup/dcha. a la península (Toriles), cruzando la línea blanca del puente-dique. 

             Nos habló de los charcones/ojos que veíamos en los lugares de menor cota, de los Ojos de Marilópez, de los Ojos de la Señora, de los pescadores y cangrejeros, de los intentos de cultivo de arrozales, de los trabajadores de la turba, pero sobre todo, y gracias al interés que mostramos todos, la excursión derivó hacia lo arqueológico, pues estábamos exactamente en uno de los centros neurálgicos de la historia antigua de nuestro país.

Afloramientos de agua en la llanura de inundación, al fondo la loma de la ibérica Los Toriles

            Aquí en los Ojos tuvo lugar, entre otras batallas, aquella en la que murió el caudillo cartaginés Asdrúbal Barca. También esta zona está plagada de “motillas” unos singulares asentamientos ibéricos, ubicados en el llano pero casi siempre rodeados de lagunas, algunos defendiendo pozos, otras defendidos por las aguas. Pero a esa cultura que copó prácticamente todo el llamado “bronce manchego”, una cultura pacífica de numerosos pequeños núcleos sin fortificar, llegó Cartago y la guerra. Se han encontrado incluso restos de un elefante entre la turba de los Ojos, aparte de una ánfora llenas de monedas cartaginesas que se supone era la paga de los soldados, “el Tesorillo de Villarrubia”.



            A partir de estas explicaciones éramos muchos los que no dejábamos de escudriñar el suelo pues los hallazgos eran continuos y Conce los catalogaba enseguida: terra sigillata, cerámica de barniz negro, ibérica con decoraciones, asas de ánfora, etc. Esta claro que esta zona es ecológicamente muy valiosa, pero casi lo es más en arqueología, pues lo que hay entre Alarcos y los Ojos (40km. todo ya propuesto como Parque Nacional), podría ser de lo mejor de Castilla la Mancha, si se pusiese en valor, se protegiese, se excavase y se preparase para mostrarlo.


Tramo inicial del curso del Guadiana, ahora sin agua

            Cruzamos lo que debió ser el Guadiana inicial por una especie de presa-puente de grandes dimensiones que unía las dos orillas, hacia el oeste el valle se hace mucho más amplio y recogía las aguas de otros ojos, provenientes de un ancho valle al sur. Levantamos grandes bandadas de patos en los charcones y tablizos que aparecen por casi todas las áreas más deprimidas.

Atravesando el puente por la parte derruida tras el paso subterráneo del incendio de turba

            Sobre el puente, (reforzado en sus extremos, pero con grandes hundimientos provocados tras los incendios de la turba que pasaron bajo él), había varias teorías: conseguir hacer de foso, represar para nivelar las aguas para ser subidas a la ciudad por algún ingenio, paso de una ruta de importancia y más, pero todas convergían en que al otro lado, seguro que debió de haber una gran ciudad.


Grullas sobrevolando Zuacorta y charcones sobre el lecho inundable del Guadiana

               Todo apuntaba, según los participantes más versados en arqueología, a que cada vez hay más pistas de que nos encontramos frente a la mayor ciudad romana de la meseta sur, la ciudad perdida de Laminium, a la que se atribuyen varios enclaves, hasta ahora el más consistente Alhambra, al este de Ciudad Real, pero que los estudios más actuales ubican aquí, en los Ojos, como sucesora de la ciudad ibérica de Los Toriles. Punto al que nos dirigimos, tras comprobar que la lluvia probablemente se mantenga tan débil como hasta ahora.

Subiendo la loma de la ciudad ibérica de los Toriles

            Al dirigirnos a la loma de los Toriles, nos damos cuenta, al igual que el gran bando de grullas que allí estaba, del magnífico y estratégico lugar que ocupa. Es una pequeña península rodeada al norte por un Guadiana naciente y al oeste y suroeste por otro brazo de río naciente originado en otros manantiales, los llamados Ojo del Sordico, Ojo del Pico y Ojo del Rincón.

Al subir la loma espantamos un gran bando de grullas

            Desde aquí arriba estamos casi rodeados de tierras bajas llenas de charcones donde se concentran los bandos de anátidas. Es una pena el otoño tan seco que estamos teniendo, si hubiera llovido lo que debe, muy probablemente estaríamos a punto de ver todos los Ojos del Guadiana manando, una mayor área inundada y el río circulando de verdad, como lo hacía hace más de treinta años.

Gran bandada de diferentes tipos de patos en charcones sobre el antiguo lecho del Guadiana

            Aquí, en este punto culminante, se dio lectura al Manifiesto por la Ampliación de las Tablas hasta los Ojos del Guadiana abogando por la recuperación de los Humedales Manchegos y como ejemplo, el de estos renacientes ojos y tablas fluviales, un paraíso perdido pero recuperable; y que mejor momento que este, en el que el Guadiana lleva varios años corriendo y los humedales se encuentran en un buen estado general.


            Desde luego que la ampliación propuesta tras los estudios de Ojos del Guadiana Vivos, no se limita a la inclusión del D.P.H. hasta los Ojos, sino que es la opción mínima aceptable.
        La verdadera ampliación sería aquella que metiera en el Parque Nacional, aparte de (1).- todas las tablas fluviales en buen estado o fácilmente recuperables del Guadiana, desde sus Ojos hasta la desembocadura del Jabalón, esos hábitats casi totalmente desterrados de la llanura manchega, como son: (2).- las zonas estepario-yesíferas, (3).- los hábitats salinos, (4).- los encinares en buen estado y (5).- los campos de dunas.
           Qué menos que tener protegida una muestra conjunta en la que aparezcan reunidos todos esos valiosos hábitats que hemos ido haciendo desaparecer y que nuestros descendientes probablemente ya no conocerán en estas tierras.


La foto en blanco y negro está tomada de la web: tablasdedaimiel.com de visita obligada si se quiere estar al día en lo que concierne a la ecología e historia de Daimiel. 
La foto 3ª, de Conce aleccionándonos, está tomada de la web de Ecologistas en Acción.

lunes, 18 de noviembre de 2013

De paseo por Berlín

            


        Salgo de mis temáticas habituales y dedico esta entrada a la ciudad de Berlín, por un reciente y rápido viaje. Berlín, como nos decían los españoles que por allí encontramos, no es Alemania. Alemania es cuadrada y Berlín es redondo. Alemania es ordenada, seria y cerrada, Berlín tiene algo de esto, pero reúne una buena dosis de todo lo contrario.


           Berlín es una capital símbolo y un símbolo del capital. La caída del muro significó a las claras la caída del modelo comunista, de un Erich Honecker empecinado que se obstinó absurdamente en contrariar los deseos de “su pueblo”. Pero Berlín era otra cosa, si era un símbolo, era un símbolo de una ciudad re-unida, festiva, con o sin medios, había mucho nuevo por hacer. Media ciudad se dedicó a buscar nuevas vías, el comunismo y el capitalismo como lo habían conocido ya no valía.


      Comenzó una ocupación pacífica de muchas fábricas reconvertidas, la pintura callejera, no fue el grafitti, la pequeña escala, ahora era pintura a escala monumental, urbana; y también fue el diseño de nuevos edificios, de nuevos barrios, eran muchas influencias cosmopolitas reunidas en una sola ciudad. Muestra de este arte es que la pintura ha salvado del derribo buena parte del muro de Berlín en lo que hoy es la East Side Gallery.


           Berlín fue una ciudad tolerante y tolerada, se invirtió en ella, se permitió la corriente casi magnética que atraía a gente de todo el mundo, la inmigración económica, la artística, la libertaria, la musical, etc. Un perfecto caldo de cultivo para ensayos sociales, artísticos, arquitectónicos o musicales.


           La maquinaria económico-legal, continuó también su ritmo, sin avasallar, pero imparable. Hace años los berlineses que viajaban a Madrid alucinaban con que el precio de la vida fuese aquí más caro y los alquileres exorbitantes. Ahora el precio de una ciudad en constante reforma e inauguración empieza a pasar factura a sus habitantes. Los alguileres ya no son lo que eran, ya son parecidos a la exageración hispana y la vida es más cara.


           El turismo empieza a ser más de masas que alternativo-cultural, la policía más abundante, los locales “okupables” cada día más escasos y los ya okupados van volviendo a sus antiguos inversores poco a poco, lo que no ha cambiado es el espeso paisaje de gruas.


           Berlín sigue, casi en progresión exponencial, de obras, y va completando-restaurando una ciudad preparada para estar en el elenco de esas capitales mundiales que se pueden contar con los dedos de una mano. Va camino hacia una ciudad poderosa, desmesurada, representativa del poderío germano y por ello cada día menos habitable, menos sensible y más cara.


        Pero no deja de ser un Berlín de los berlineses, y cuando ellos no están de acuerdo, no se callan y se hacen notar. Tantos años de ruina, de trabajo, de división, de darle vueltas a los modelos sociales y humanos, no pasan de la noche a la mañana.


            Un modelo de transportes ejemplar, basado en la responsabilidad y confianza de los berlineses, con toda la gama de transportes públicos posibles solapados en la misma superficie urbana, (tren, metro, tranvía, autobús, taxi y barcazas). Además el sistema de billetes hace que todos los transportes se puedan intercambiar o repetir, sin tener que pasar por tornos o controles, lo que imprime agilidad a los desplazamientos, al principio complicados, pero muy accesibles.


           En el transporte privado, el coche no es muy popular y las velocidades son bajas respecto a otras capitales; existe una preponderancia enorme de la bicicleta. Bicicletas de todas las épocas, de todas las mecánicas posibles, con todos los diseños posibles, que incluso llegán al taxi-bici de diseño, tanto en plán “rave electrónica”, como de taxí hindú. Si la mitad de los ciclistas berlineses cogiesen el coche o lo público, tendrían una ciudad más colapsada que Madrid o Roma.


        Los edificios institucionales presumen de apertura y espectacularidad, abiertos a una continua programación de actividades y lucimiento. Ejemplo paradigmático de ello es su parlamento, tan espectacular como transparente, el orgullo de presentar a la vista de todos unas instituciones de las que los alemanes presumen.


           Los mejores arquitectos del mundo tienen aquí alguna que otra obra. Los ensayos arquitectónicos más originales, llegan a todos los presupuestos y funcionalidades, aquí estamos muy cerca de la filosofía ”ikea” de la vida, diseño original y funcionalidad.


            Paseando por la calle se pueden contemplar edificios en apariencia normales pero con todas sus ventanas descentradas o con diferente grado de resalte, incluso edificios con las fachadas falsamente basculadas. En lo moderno y caro destaca el uso de cristalería, aislante del frío y transparente a la luz, a una luz que se les escapa y que valoran tanto que son capaces de venir a sufrir nuestra costa con tal ganar horas de luz como para iluminar, con su recuerdo, sus oscuros inviernos.


            Me llamó mucho la atención, supongo que a pocos se les ocurre, el tema energético, la enorme cantidad de energía que requiere una ciudad tan grande, tan fría y tan comunicada. La eficiencia seguro que es muy buena, pero la energía mínima necesaria me parecía ingente, intuyo una descompensación entre el modo de vida y las posibilidades de suministro. Supongo que es un tema extrapolable a todo el mundo y por supuesto, a Madrid. Quizás solo sea filosofía del “¿ande vamos? Pero me salió así de pertinente, igual que me ví a los alemanes, inteligentes e interesantes, también, (aquí yo desde mi enorme superioridad?), algo perdidos, aquí en una ciudad con tan pocos viejos y menos niños.



           Hay mucho que aprender de ellos, y no es un tópico, los tiempos no están como para dejarse llevar por la corriente inducida de fuerzas que nos empujan al desastre. Dar valor al trabajo, la lógica y la eficiencia e intentar ligarlo al disfrute de nuestra vida social e individual, como mediterráneos que somos, parece un asunto de la mayor importancia, y si esa idea podemos hacerla asumible por todos, iremos enderezando nuestro oscuro camino.


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