sábado, 22 de diciembre de 2012

Los Ojos del Guadiana entreabiertos


        El desborde del acuífero 23 que es quien debería alimentar el nacimiento del río Guadiana en los Ojos, va asomándose lenta y esporádicamente a la superficie, aunque las lluvias se hayan tomado un respiro este mes de diciembre. El sustrato calcáreo de la llanura manchega filtra muy lentamente el agua de las lluvias hasta que va llegando poco a poco hasta esas bodegas subterráneas, al contrario que sus bordes sur y occidental que apenas filtran el agua y la vierten rápidamente a los arroyos, ríos y pantanos. Pero este acuífero no es simple, pues la existencia de mantos acuíferos locales, como el aluvial del Guadiana, la conexión con el vecino Acuífero 24 del Campo de Montiel y también la conexión con el Guadiana que desaparece tras el canal del Prior aguas abajo de Peñarroya en su salida de Ruidera, no están por entero bien conocidas.

Llanura inicial de los Ojos del Guadiana con una triste vegetación nitrófila y troceados bloques blancos de turba (fueron negros)

              Hablo de los Ojos "entreabiertos", porque no está nada claro, como nada en estos tiempos, ni su presente ni su futuro. El presente es esperanzador, pues el nivel de las aguas subterráneas sube, despacio, pero sube, incluso están apareciendo algunos ojos, como los surgidos hasta ahora, probablemente temporales, en el tramo entre los Ojos y Las Tablas, y a poco que la meteorología no falle, hay posibilidades de volver a asistir al espectacular nacimiento del Guadiana, algo de lo que me despedí hace años.

Superficie recién arada en la llanura de inundación inicial de los Ojos del Guadiana

            El futuro no pinta nada bien, primero con la amenaza del cambio climático, cuyos aciagos pronósticos se están cumpliendo claramente en cuanto a temperaturas, aunque a nivel de precipitaciones, todavía no. Por si esto fuera poco, se acaba de aprobar el Plan Hidrológico de la Cuenca del Guadiana, en la que se ha impuesto el criterio agrario, con legalizaciones de pozos, ampliación de regadíos y ningún plan claro para la recuperación hídrica, aunque por otros lados se prevé una compra de fincas para ampliar las Tablas de Daimiel. Espacio que lamentablemente sigue sin tener un Plan de Regulación de Usos y Gestión (P.R.U.G.) que es la herramienta de manejo de todo parque.

            El domingo 17 de diciembre asistí a un magnífico acto músico-poético-reivindicativo, en el molino de Molemocho, a las puertas del Parque, para llamar la atención sobre la nefasta ausencia de este P.R.U.G. y llamar la atención sobre los problemas del Parque. El principal, su auténtica razón de ser, el del flujo natural de las aguas superficiales.

La coral Molto Vivace cantando delante del molino de Molemocho

Esta actividad fue convocada por el colectivo “Salvemos la Tablas Ya” y contó con la colaboración de afamados poetas venidos de muchos lugares de nuestra geografía, y una buena actuación musical a cargo de la coral Molto Vivace  y el grupo Sunny María; fue emotivo oír esas melodías, de letras bellas y comprometidas, solapándose con el trompeteo de las grullas sonando de fondo. Posteriormente (esto ya me lo perdí yo), se inició un recorrido con paradas para escuchar los versos de los poetas sonando en medio del paisaje, de las nubes y el viento que esa mañana pugnaban con las voces por ser protagonistas.

El grupo Sunny María

            Desde las lluvias de hace dos años, todo el mundo ha estado muy pendiente de los niveles que alcanzaban las aguas subterráneas de la Mancha occidental, es decir, el famoso Acuífero 23, por las ganas que todos tenemos de ver los Ojos del Guadiana vivos. Tantas son esas ganas que a cualquier atisbo de nuevos manantiales, la prensa salta como un resorte con el titular “Los Ojos del Guadiana vuelven a manar tras 30 años”.
        Pero no, ese río juguetón y escondidizo que trajo de cabeza a geógrafos e hidrólogos, aún no ha renacido del todo. Han aparecido ojos en varios sitios, la mayoría efímeros, de los que alguno ha vuelto a ser tapado con remolques de piedras o pasadas de reja, aunque otros están rozando ya la permanencia. Alguno ha tenido que ver con vertidos-avenidas de la depuradora de Daimiel, otros con el desagüe de embolsamientos de aguas muy localizados y otros con reboses de acuíferos locales. Aunque el nivel general del acuífero principal no ha alcanzado la cota de “rebose”, se presupone un hundimiento generalizado que en algunas zonas puede llegar a a a los dos metros, lo que ha permitido al agua acceder a la superficie.


Vaguada seca desde los Ojos del Sordico hacia la motilla de Zuacorta

             El conjunto inicial de Ojos del Guadiana, los reales, los que daban origen a este río que, como estudiábamos en su día, “nace en las lagunas de Ruidera para desaparecer en el subsuelo manchego y volver a renacer en los Ojos del Guadiana en las cercanías de Daimiel”, se encuentra dando origen, en su extremo oriental, a una amplia y ramificada vaguada fluvial en las cercanías de la N-420, con la CR-P-2012. Estos ojos están secos como el ojo de un tuerto; pasear por allí es completamente desolador, cuando no están arados, sus suelos son un amasijo de canales de drenaje y azudes decrépitos, con áreas descarnadas por la extracción de turbas, sin una vegetación parecida a la natural, no hay un solo junco y apenas aparecen algunos carrizos incipientes. Parece increíble la numerosa presencia de fragmentos de almejas de río (Margaritiferas) en esos suelos desnudos.         


Conejo atrapado por un derrumbe dentro de su conejera en estos terrenos tan inestables

           En medio de estas maltrechas inmensidades aparece algún gran montículo en medio de la nada. Son los asentamientos de los primitivos moradores que sí supieron sacar partido a estas llanuras de inundación y sus manantiales. Son las “motillas” del bronce manchego, una singularidad arquitectónica y funcional ibérica única en Europa. Esos antiguos Oretanos que tuvieron que vérselas con los cartagineses primero y con los romanos después, vivían en un entorno que les daba todo lo que necesitaban y además les defendía. Me pierdo intentando imaginar el paisaje, la fauna y la vegetación que verían desde lo alto de los muros circulares y concéntricos de sus motillas.

La motilla de Zuacorta en medio de un paisaje desolado de malvecinos, en lo que en su plenitud debió ser un paraíso

             De toda la Mancha es aquí donde las motillas, una excentricidad constructiva cargada de sentido y funcionalidad, son más abundantes, la mayoría están sin investigar y muchas mutiladas. La de Zuacorta, tiene un corte casi diametral, a través del que se puede ver las distintas litologías de su mampostería, restos cerámicos y carbones; la de la Máquina tiene todo su perímetro recortado por la pala de un tractor que impunemente destrozó la base de la construcción en busca de algún tesoro. Afortunadamente la motilla de Azuer, próxima a su museización, ha corrido mejor suerte y no para de sorprender a los investigadores.

La motilla de la Máquina brutalmente escavada por su base

              Yendo hacia los Ojos del Guadiana iniciales, atravieso canales de drenaje llenos de malvecinos (Salsola kali, la planta rodadora de las películas del oeste). Por allí veo un tractor faenando, parece que la reja continuada ha acabado con la variada y caótica micro-topografía de esta parte de la llanura de inundación. En la otra orilla veo un muro muy agrietado, lo corono y veo que es artificial pero muy antiguo, posteriormente, leyendo el libro de Óscar Jerez, veo que se trata de un azud romano, posiblemente la primera gran modificación paisajística tras las motillas.

Un azud de origen romano ya muy desmoronado y agrietado, remansaba agua de unos ojos iniciales hoy secos

            Otra tarde me acerco al molino de Griñón, entre la zona anterior, la de los secos Ojos iniciales y las Tablas, remontando lo que parece un Guadiana en buen estado, con bastante agua en tablas con penínsulas e isletas. Según voy avanzando no paro de levantar bandos de patos, garzas, etc. Las orillas son de carrizal ajustado entre el agua y los cultivos, y en las orillas sin pendiente se acumulan miles de plantones de taray. Más adelante las orillas se vuelven sumamente sinuosas, tanto que son una concatenación de mordiscos circulares solapados sobre los campos de cultivo, se trata de amplios hundimientos perfectamente circulares.


Hundimientos circulares o posibles ojos temporales?

      Hacia la finca de la Peñuela se meten varios entrantes que denotan hundimientos someros pero de gran extensión superficial, como canales desde los pies de la casa de la finca hacia el centro del cauce, aquí fue donde al inicio de la pasada primavera surgieron ojos que vertían hacia el antiguo cauce del Guadiana.
            Sigo un canal que sale del Guadiana y acaba en medio del sembrado en una depresión con forma de embudo, se trata de lo que debió ser un ojo. Claramente le han tirado un par de tractores de piedras encima, lo da por hecho que sí que lo es. Veo que salen bastantes líneas de burbujas de su fondo, duran un rato y luego prosiguen en otro sitio, o se juntan varias columnas de burbujas en un baile achampañado que me hace comprender que se encuentra en pleno funcionamiento soltando agua. No es una gran corriente, pero tiene buen caudal. Es uno de los nuevos Ojos del Guadiana.

El agua burbujeante indica la surgencia de aguas del subsuelo

          Más adelante el agua va desapareciendo en encharcamientos venidos a menos desde hace poco. Veo el molino y puente de la Máquina, bajo el que no corre el agua, pero el lecho artificial del río aguas arriba, tiene una línea de agua más o menos continua. Voy para allá, pero de camino intento cruzar por una zona algo embarrada que luego continua en lámina de agua hacia el río, casi no me lo puedo creer me voy hundiendo sin tocar fondo, es de lo más parecidas a arenas movedizas que he visto.  


Un ojo del Guadiana en pleno funcionamiento a pesar de las piedras vertidas en su embudo

           Sigo por un camino río arriba por el margen derecho, llego a una curva del río donde hace dos años un brazo de río se hundía en unos ojos reconvertidos a sumideros, ahora lo veo muy cambiado, tienen agua, les falta bastante para rebosar, pero tienen agua, supongo que al mismo nivel que la del escaso cauce.
            Estoy delante de la llanura de inundación que en 2010 había sido anegada temporalmente por la gran avenida del Azuer que dejó una línea roja, (por la cantidad de arcilla en suspensión), del nivel que alcanzó y que llenó con todo tipo de basuras, tras haber limpiado su estrecho cauce, sobre todo, cientos de recipientes de plástico. Esa llanura llena de socavones circulares, aparece ahora muy trabajada por tractores para alisarla en lo posible, sin llegar a conseguirlo y salvando algún que otro buen boquete.


A base de pasadas de tractor van desapareciendo los socavones y las irregularidades de la zona inundable

            En los chopos al pie de unas casillas derruídas, veo otros ojos-sumideros llenos de agua  con verdín, este nivel también podría corresponder, como en los otros ojos de antes, al nivel actual del cauce del río que aquí se encuentra bastante retirado.
         Los Ojos del Guadiana están entreabiertos, tenemos una ocasión de oro para verlos manar como lo hacían hasta principios de los ochenta, y si de verdad queremos ser sostenibles, ese debería ser el nivel de referencia. El consumo de agua en la Mancha se debería hacer coincidir con ese nivel, su bajada debería hacer saltar las alarmas de la sequía o del sobre-consumo. Nos jugamos la calidad de los productos agrícolas manchegos, ahora casi identificados con el monocultivo vinícola de regadas viñas en espaldera.

En noviembre ha surgido agua de estos Ojos, aunque no llegan a la "madre" del Guadiana. (comparar con la foto siguiente)

             Los peligros de bajar de estos niveles, de olvidarnos de “un problema sin importancia” son enormes. La concentración de sustancias químicas nocivas en el fondo del acuífero va en proporción al aumento del consumo de agua. También se pone, por esto mismo, en peligro el agua para consumo humano que toda lógica indica que debe ser fruto de aguas subterráneas y no de trasvases ajenos. También, aunque me pueda pasar de alarmista, no hay que perder de vista lo ocurrido en Lorca, donde el brutal descenso de sus acuíferos la hizo ser el área de Europa que más se está hundiendo, lo que motivó el pasado terremoto.

El mismo lugar en 2010 actuó como sumidero tras la riada del Azuer que tiñó de rojo todo lo que inundó

            La Mancha no es una región tan activa tectónicamente, pero el subsuelo no hace sino responder al juego de fuerzas que sobre él se ejercen, y vistas las grandes subsidencias, hundimientos y socavones en estas llanuras de inundación, esa posibilidad no es tan remota.
           Este es el momento de recuperar los ojos del Guadiana, si dejamos pasar esta oportunidad es absurdo pensar en mantener o ampliar las Tablas de Daimiel. Este ecosistema está íntimamente ligado a la salud de unas aguas superficiales genuinas, para aguas  trasvasadas, podemos poner un bebedero para patos donde mejor nos parezca, sin que nadie se aproveche de las aguas que se filtran y que tanto echarán de menos en los ríos en mal estado de la cuenca donante.

P.D./ el libro de Óscar Jerez es "La Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda y la Cuenca Alta del Guadiana"


ACTUALIZACIÓN: Con el invierno tan lluvioso del 2012-13, los ojuelos de los fotos han manado como para crear arroyos que van reuniendo un Guadiana casi en forma. El nivel del acuífero va remontando, los nacederos (Ojos) con corriente se suceden a partir de Zuacorta, y por encima, es decir, cerca de los Ojos iniciales están empezando a aparecer "ojuelos". Está manando agua en la extinta gran laguna de la Albuera. En Daimiel existe un refrán que reza: "Agua en la Albuera, al poco en los Ojos". Todo apunta a que existe la posibilidad de volver a ver a los Ojos del Guadiana dando vida con sus lágrimas a buena parte de estas tierras.


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