lunes, 19 de marzo de 2012

El Arzollar



           Arzollar es el nombre antiguo que se da o daba en la Mancha a los almendrales silvestres. El nombre deriva del ya perdido allozo o arzollo que es el almendro, aunque ha ido quedando relegado para el almendro asilvestrado o para el almendro amargo.


            El almendro es uno de los cultivos más  antiguo que se da en la agricultura ibérica, de tal forma se adapta a nuestro clima que a alguien ajeno a la historia botánica del Mediterráneo le sería imposible discernir si se trata de una especie autóctona o naturalizada. Tal es así que hoy en día el papel ecológico que desempeña en numerosas regiones y barrancos viene a complementar y en muchos casos a sustituir a nuestras “autóctonas” en el papel de regenerar la cubierta arbórea de muchos de los montes más degradados.


            Hace un par de años hice un artículo para el boletín de ARBA (Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono), en el que hablaba del papel que desempeñan numerosas especies no autóctonas, en sentido estricto, en la ecología de nuestros montes, hablaba de almendros, castaños, higueras, membrilleros, zumaques, etc., en el que destacaba el gran papel del almendro en la recuperación o mantenimiento de la riqueza de nuestros ecosistemas.


            Desde entonces no hago más que comprobar que con especies como el almendro no estamos hablando de una invasión, de una colonización o de una desnaturalización de nuestros montes sino, al contrario, de un enriquecimiento, de una aceleración de la regeneración de nuestros bosques en áreas marginales o degradadas. Tal es su papel que llega a ser más duro frente a la sequía que la encina y que con su protección inicial, bajo su liviano dosel, comienza una seriación progresiva de la vegetación hacia etapas más cercanas a la climácica. Favorecimiento que a la postre va a terminar haciéndole desaparecer del monte.

Suelo cubierto por narcisos de pedrera (Narcissus cantabricus) al pie de un almendro

            El almendro sigue siendo un cultivo, pero de su importancia histórica estamos muy lejos, no lo hemos sabido vender, ni lo hemos querido mantener, salvo en zonas levantinas y andaluzas, incluso en zonas con una alta producción de turrones y dulces a base de almendras como la provincia de Toledo, su cultivo está bajo mínimos. Hace pocos años la hegemonía mundial de su producción nos la arrebató U.S.A. con su saber vender, en forma de “snacks”, aperitivos, lecitinas, añadida a los cereales, etc.

En la esquina superior izquierda se pueden apreciar los "bolos" de basalto de la cantera

            Ni que decir tiene que el almendro es el más Mediterráneo de los frutales, tal es su aguante que en la península ha tolerado casi toda nuestra gama climática, desde el semidesierto del Campo de Nïjar, hasta los extremos continentales del alto Sistema Ibérico, donde típicamente, solo había buenas cosechas uno de cada dos años,  debido a las heladas tardías. Según los libros, como de costumbre y de manera simplista como también se dice de otros frutales, este árbol tiene su origen en las montañas de Asia Central, aunque contradictoriamente pertenece al mundo de clima Mediterráneo.


Parte del Arzollar de Alarcos en todo su esplendor el invierno pasado 

            El almendro se encuentra de forma espontánea en montes del centro, este y sur peninsular, principalmente en zonas abruptas y térmicas no cultivadas, en zonas salvajes o abandonadas en medio de regiones ampliamente culturizadas. Al oeste de la Mancha es abundante en el Campo de Calatrava, con una marcada preferencia por sus montes volcánicos, donde en muchos casos es la única especie arbórea; pero lo normal es que se asocie con la encina en diferentes proporciones, esto ocurre con frecuencia en los barrancos, berrocales y “arribes” de todo el valle del Tajo, aunque en su tramo medio, sobre yesos y margas, muchas veces, junto con la higuera silvestre, sea la única vegetación arbórea.

Puerta de la muralla de Alarcos, ermita románica y el caserío de Valverde al fondo

            Es del oeste manchego donde podermos encontrar con asiduidad la palabra Arzollar en su toponimia, donde destaca poderosamente el famoso Arzollar de Alarcos, tan espectacular a finales de febrero y primeros de marzo como poco conocido o valorado por las autoridades municipales de Ciudad Real.  Alarcos fue el nombre de la mayor ciudad medieval entre Tajo y Guadalquivir, algo olvidado intencionadamente por ser el nombre de la más terrible derrota cristiana de toda la reconquista. Enclavado en un entorno riquísimo, arqueológica, ecológica y geomorfológicamente, en la sierra del Despeñadero al borde del Guadiana.

Cráter del Despeñadero, paredes, maar y un pliegue de cuarcita que cobija una cueva al fondo

            El Despeñadero en cuestión es un gran cráter que rompió transversalmente dicha sierra dejando un enormer socabón, un “maar” ya colmatado. Al pie del Arzollar otro cráter-maar, mucho menos espectacular, al pie de un volcán en rápido proceso de desmantelamiento por una gran cantera; aquí también había una famosa fuente, todos estos elementos (volcán, cantera, fuente y maar) bajo el nombre "del Arzollar". A su lado y coronando el monte la ermita románica de Alarcos y a pocos metros, uno de los mayores y más completos enclaves arqueológicos de la península, Alarcos.


Vista a un Guadiana pletórico desde Alarcos

            Todo este conjunto se encuentra en una elevación cuarcítica parapetada sobre el valle del Guadiana, que en época de aguas colmata una vasta y bien conservada llanura aluvial. Vamos, el entorno perfecto para ser encumbrado a alguna figura de protección que preserve su altísimo valor natural y cultural, (futurible Parque Nacional del Guadiana). Todo a pesar del sobrepastoreo ovino en sus cumbres y de la basura del incivismo de visitantes y romeros de Alarcos.

Llanura de inundación del Guadiana al fondo

            En un radio de menos de 25km. podemos encontrar también el Morro del Arzollar, que es el gran volcán que explica el nombre del pueblo que se asienta al pie de sus “coladas”, Piedrabuena, por lo pedregoso pero muy fértil de su terreno volcánico, con uno de los más extensos campos de lava peninsulares. También y muy parecido es el volcán del cerro del Arzollar sobre el maar-laguna de La Camacha, en Alcolea de Calatrava. Más al sur, en terrenos de Aldea del Rey, tenemos la sierra del Arzollar que acoge en su ladera norte la laguna de Cervera, también de origen volcánico y que posee entre el agua y los altos cortados una enorme pedrera llena de almendros y flanqueada por un espeso acebuchal.

Morro del Arzollar, el mayor volcán de Piedrabuena

            Desde que el abandono rural empezó a castigar nuestros pueblos, hemos ido perdiendo nuestros almendros, poco a poco y sin el mínimo mantenimiento que requieren o quitados para que no estorben las maniobras de los tractores, vamos haciendo desaparecer uno de los árboles más generoso de nuestro país.

Fortaleza de Alarcos, parte de un gran conjunto arqueo-ecológico
            
            Recuerdo el comentario de una amigo, de la parte ya más extremeña que castellana del valle del Tajo que decía que sus antepasados durante generaciones lograron unos buenos almendrales y que por un vuelco comercial, a mediados de los 70`, se empezó a pagar mucho más la almendra amarga que la dulce, con lo que se empezó a recoger la almendra de los arzollos de rocas y barrancos. Lo que hasta entonces  era broza que adornaba el monte a fines de invierno, pasó a ser un recurso de la gente más humilde, como los espárragos, las setas o la caza.


            En otros países tienen árboles sagrados, árboles nacionales o simple devoción por la belleza de algunas especies vegetales. En nuestro país está empezando a pasar algo parecido con los cerezos del Valle del Jerte, (también de todas las sierras vecinas), pero realmente si tenemos un arbol nacional, somos el país que más encinas y almendros tenemos del mundo. No estaría de más valorar, simplemente en lo que vale, el papel ecológico y la belleza del almendro. Hay una ruta de almendros por la que desde finales de enero, en los valles almerienses, hasta primeros de abril, en el Maestrazgo, podemos maravillarnos con el espectáculo de los almendros en flor y aún sin turistizar ni masificar como la anterior.




3 comentarios:

  1. Buenas noches Enrique, ¿esos arzollos de Alarcos pueden acercarse a lo que se conoce como Prunus webbi?

    Un saludo.

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    Respuestas
    1. El arzollo o allozo es el almendro silvestre, sin más compllicaciones, en la parte occidental de la Mancha. Te mando un enlace del siempre interesante En el Ecotono: http://enelecotono.blogspot.com.es/2016/12/el-almendro-silvestre-prunus-webbii.html con el que coincido totalmente, a pesar de no estar, ni siquiera citado en Flora Ibérica, yo estoy harto de ver arzollares con individuos bastante espinosos y de ramas que se abren perpendiculares al tallo y que crean un almendro más parecido a un espino negro que a un almendro común.
      Tendría que investigar un poco más. Muy cerca de Alarcos conozco ejemplares de características clarísimas para lo que dicen que es Prunus webbi, pero la mayoría de los de Alarcos tienen más pinta (poco espinosos, ramas en cualquier dirección respecto del tallo y hojas bastante largas), de ser almendros silvestres a pesar de vivir en una pedrera que duro que nunca se ha cultivado como almendral.
      De todas maneras el tema está en el aire y como suelo decir Flora Ibérica no es la biblia, de hecho ahora estoy trabajando con Orquídeas y la clasificación de F.I. la creo desfasada, a pesar de conocer a sus autores y no poder en duda su valía.
      Un saludo y gracias por el comentario

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    2. Precisamente vengo desde el blog que citas y al acordarme de que tenías una entrada sobre los arzollos en el tuyo te he consultado.
      Es verdad, el tema de las orquídeas se ha tratado de una manera muy sintética y conservadora, sobre todo el género Ophrys.
      Saludos y gracias por tu labor.

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