Aunque la
gente asocia los saladares de interior, con las numerosas lagunas temporales
manchegas, esta entrada viene a hablar de los saladares más occidentales, los
que tienen como eje vertebrador, el curso de un “renacido” Guadiana, por lo que casi también podríamos hablar de "Los Saladares Calatraveños". Esta entrada continúa las dedicadas a los valiosos ecosistemas (encinares, arenales,..) que han quedado incomprensiblemente relegados, en la reciente y absurda ampliación del colindante Parque Nacional de las
Tablas de Daimiel (PNTD).
Ahora es el turno de los saladares, un tipo de ecosistema bien desarrollado en la región manchega aunque, como casi todos los ecosistemas de las llanuras, acorralados por una agricultura siempre ávida de más terreno. Hemos pasado en pocas décadas, de una relativa abundancia de áreas salobres, a su casi desaparición pues, a no ser que hayan logrado acogerse a alguna figura de protección, están quedando relegados a situaciones extremadamente marginales.
Ejemplar esporádico de Sarcocornia carinata en el interior de las Tablas de Daimiel tras la riada, luego sobre esta área se impuso el carrizal
Aquí me
voy a referir a las escasas, pero buenas representaciones de estos
ecosistemas en enclaves que aún sobreviven o que “sorprendentemente” están prosperando, a
costa de las llanuras de inundación de los ríos en el entorno del PNTD. Uno de ellos está en el Gigüela, a las mismas puertas del Parque. Los otros en la llanura de inundación del Guadiana, aguas abajo del PNTD, Charco Salado cerca de la desembocadura del arroyo de Campomojado y el mayor, pero algo menos salino, el de los Prados de Carrión de Calatrava, en la unión del Guadiana con el Pellejero.
Arriba arroyo de la Posadilla y abajo el Pellejero, ambos tributando al Guadiana. Entre ellos
perviven estos importantes saladares y otros menores
En
Castilla la Mancha hay varios tipos de saladares, los cercanos a la Cordillera
Ibérica ganan las sales del subsuelo, de las aguas que han recorrido capas
salobres de estratos del Keuper. En esas áreas son comunes las salinas, hoy en
lamentable abandono frente a la sal, cada vez más contaminada, de origen costero.
En el fondo de la llanura manchega se encuentra el saladar más usual, el que
recoge el drenaje de pequeñas cuencas cerradas (endorreicas), que por el aporte de aguas y su desecación sucesiva a lo largo del tiempo, van cargando de sales esas zonas deprimidas.
Saladar de Charco Salado en buen estado, antes de que fuese desmantelado hace pocos meses
Las comunidades de Limonium (florido en primer término) rodean Charco Salado
Con el
paso de los años, estoy viendo que existe un tercer tipo de saladares que
están a medio camino entre un área
ribereña y lagunas salobres temporales. Por desgracia en la Mancha, la desaparición de las corrientes superficiales
de agua (antaño conocidas como “ríos”), ha hecho que áreas puntuales de este drenaje manchego, mantengan un comportamiento más continental y árido,
sin el periódico lavado de las sales que la circulación,
más o menos continua de las aguas, suponía.
Aeluropus littoralis tiende a formar espesos céspedes en los suelos húmedos del saladar
Antiguos ecosistemas fluviales, (los pocos que se han librado del arado), ahora no saben a qué carta
quedarse y funcionan “a resultas“ de los acontecimientos. Si llega una riada: crían una vegetación tipo aluvial; si cede la
riada: nitrófila natural; si casi nunca llega el agua: pastizal de secano;
si llega el agua de forma recurrente, pero espaciada: vegetación salina. A esto
hay que añadir las distintas transiciones entre ellas y la acción del arado, entonces entran los grandes cardales y pastizales de la vegetación nitrófila y ruderal.
Entre las gramíneas halo-nitrófilas destacan las espesas espigas de los Polypogon maritimum
Los
saladares son una de las comunidades de vegetación más especializadas y exclusivas (pues solo
pueden vivir allí quien tenga narices para hacerlo). Las plantas no solo tienen que bregar con suelos inestables y descarnados, también tienen que adaptarse a una insolación que incluso les llega rebotada del suelo.
Por otro lado, tienen que hacer frente a las mortíferas sales del suelo, adecuando
toda su fisiología, incluso engrosando sus tejidos para hacer una gestión hídrica “anti-salina” para poder conseguir el
agua que para sí quieren, las sales del suelo.
La sosa (Salsola soda) reúne muchos de los caracteres adaptativos de las plantas a la sal
A pesar de estar secos y sin su color rojo característico, se reconocen fácilmente los coralillos
En
el Campo de Calatrava, apenas hay saladares dignos de tal nombre, solamente la
protegida laguna del Prado o Inesperada en Pozuelo, a pesar de sus problemas de aguas cuasi residuales
y estar medio engullida por la población, tiene una decente vegetación salina e
incluso a veces, sus flamencos.
No muy lejos de allí está el pequeño y estacional, (tan dependiente del arado como de las lluvias), saladar de La Membrilleja con una vegetación
casi más nitrófila que halófila. En el resto de la región, tras las importantes
lluvias de estos años atrás, surgieron una serie de “cripto-saladares” entra
Torralba y Almagro, allí donde mueren, en medio de la llanura manchega (cuenca arreica),
varios ríos nacidos en las serretas de
Moral.
Últimas muestras de arroyos de corte semi-salino,
desapareciendo en medio de la llanura
manchega con Heliotropium supinum y rodalillos de Lythrum flexuosum
Ante
tan escasas muestras de este tipo de comunidades, las localidades de las que
hablo cobran una gran importancia, máxime teniendo en cuenta la
gran distancia al resto de las lagunas salinas del centro de La Mancha
(área de Alcázar de San Juan) y lo que es verdaderamente lamentable es su desconocimiento, cuando no su maltrato. Más lamentable aún, es el reciente olvido, de óptimos enclaves salinos, en la triste ampliación del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.
Las tres mejores representaciones de vegetación halófila,
(hay algunas más, pero menores), se
encuentran: la primera solo a escasos 3 km del límite NE del parque, en
la misma llanura de inundación del Gigüela, Dominio Público Hidráulico como el Parque, y las otras dos, aguas abajo del PNTD; la salada de Charco Salado, hace
poco medio arada, a 4 km., y la de los Praos de Carrión, a solo
7 km. Todas ellas, junto a las menores, en los cauces, en lo que es o
debería ser, Dominio Público Hidráulico.
Buenas áreas salinas a las mismas puertas del PNTD, en terrenos públicos (Dominio Público Hidráulico)
Un alcaraván en medio de una de las saladas de Campomojado
La primera se
encuentra cercana a la EDAR de Villarrubia de los Ojos, pegada a la Madre Chica
del Gigüela. Incluso a día de hoy, el arado le recorta cada día, un poco más de
terreno; la producción obtenida es absurda, pero es una forma de reclamar una
propiedad puesta en duda, de forma recurrente, por el cauce del río. Se trata de
un área de desbordamientos y de lagunillas interiores que a fuerza de pasadas
de tractor, se van enrasando y acaban desapareciendo.
Aquí
hay una buena gama solapada de casi todas las
comunidades salinas. A falta de los grandes matorrales vivaces halófilos como Sarcocornia o Arcthrocnemum, están las demás: juncales y praderas
halófilas, almarjales de Suaeda vera, praderas de Limonium, comunidades salinas anuales de salicornias, las moderadamente salinas de llantenes
y otras, como las pioneras de coralillo; praderas graminoides húmedas de
Puccinellias y secas de Hordeum
marinum; casi todas recogidas como hábitats de protección especial de la CE, por su escasez y alto valor científico.
Entre las plantas menos comunes, aquí podemos
encontrar el coralillo Microcnemum coraloides; el llantén salino Plantago
maritima, la hiel de la tierra C. tenuifolium y C. spicatum,
Frankenia laevis y F. pulverulenta, Parapholis incurva, Blackstonia
perfoliata, Spergularia marina y otras especies interesantes.
La vegetación ya más cercana a los
cultivos, ha llegado a estar constituida casi exclusivamente por enormes
extensiones de Lythrum flexuosum. Sin duda existió la protegida Senecio
auricula, planta que he llegado a encontrar en el interior del Parque y en los Ojuelos de Villarrubia, pero debido a la
propia dinámica fluvial, habrá sido expulsado por el carrizo.
Centaurium tenuiflorum en el saladar a las puertas del PNTD
Plantago maritima, abundante en el saladar de Villarrubia de los Ojos
Ya
aguas abajo del PNTD encontramos en medio de la llanura de inundación las saladas de Charco Salado que sólo excepcionalmente cogen agua, pero que poseen
un magnífico muestrario de vegetación salina. A buen seguro que de no haber sido ocupada (usurpada al río) y roturada la desembocadura del Campomojado, también estaría colonizada por buenas comunidades halófilas.
En estas “saladas”, entre el espeso pastizal de Aeluropus littoralis, sobresalen rodalillos de juncales halófilos y una magnífica representación de pastizales anuales salinos, destacando los de la sosa Salsola soda con Suaeda splendens y Salicornia ramossisima. Aquí aparecen también las muy escasas Cressa cretica e Himmenolobus procumbens.
La salada de Charco Salado desarrollando espesos céspedes de Aeluropus littoralis
La escasa Cressa cretica posee uno de sus últimos refugios manchegos en la salada de Charco Salado
En
sus bordes hay una pequeño rodal de almajo (Suaeda vera) y cerca, en lo más pastoreado, espesas formaciones de Gypsophilla
tomentosa, Atryplex roseum y Suaeda spicata, entre las que es frecuente
ver pastar a las ovejas, usualmente con las garcillas subidas a sus lomos.
Himenolobus procumbens, una de las plantas menos comunes pero que cuando aparece lo hace en masa
Hace
poco este saladar fue parcialmente roturado y, cortados y
quemados sus tarajes que tenían porte arbóreo. Al parecer, este paraje ha caído bajo una familia especializada en reivindicar (y "conseguir"), la propiedad de algunas de las mejores llanuras de inundación manchegas.
Esperemos que la defensa de lo público prevalezca sobre el “peloteo” a tan importante familia. Por desgracia, algunas de las fotos que aquí veis, ya no
se van a poder repetir en muchos años.
Este paisaje ha quedado cortado por la mitad gracias al arado
El tercer y último saladar al que me refiero, es el formado por el arroyo Pellejero antes de desembocar al Guadiana, son los "Praos de Carrión". También tiene algunos problemas con, más que propietarios, "malos arrendatarios", que están roturando lo que eran terrenos de pastos; pero esto ocurre de forma algo marginal, pues aún, el conjunto, tiene buenas dimensiones.
Sus áreas verdaderamente salinas son escasas (Charco Raso y otras menores),
siendo muy abundante la vegetación halonitrófila, es decir, moderadamente
salina y de carácter nitrófilo, como se manifiesta en lo que quizás sean los
mayores calaminares manchegos (matorrales de Salsola vermiculata,
“calamino” en la Mancha o “sisallo” en Aragón). También hay buenos carrizales
en esta área que antaño tuvo explotaciones artesanales de yeso.
Los Praos de Carrión. Entre la izquierda (buen estado) y la derecha (recién arado), se muestran las blancas sales del suelo
A la izquierda puede verse la llanura de inundación del Guadiana, con algunos pequeños saladares marginales
Esta gran área inundable y salobre, formaba con el
contiguo Guadiana, la defensa fluvial de la gran fortaleza de Calatrava la Vieja
que se encuentra en la península así formada entre ambas. Su vegetación es muy
interesante al mostrar todo tipo de transiciones, hacia lo salino, hacia la
costra rocosa de caliche, hacia lo lacustre, hacia tomillares o hacia los
cultivos. Por estas razones y por su gran dimensión espacial, se solicitó su
inclusión en el Parque Nacional o como pre-Parque, como todas las llamadas
“Tablas de Calatrava”.
Almajal, hoy desaparecido, en medio del gran calaminar de los Prados de Carrión de Calatrava
Al
menos poseía dos áreas claramente salobres, en ambas con almarjales de Suaeda vera y grandes masas de acelguillas (género Limonium); una defenestrada, cercana a la
ermita y castillo; y la otra en la orilla opuesta, próxima a la desembocadura
que además posee uno de los mejores tarayales de la región.
En otras partes,
allí donde aparecen manchas blancas en el suelo, aparece el micropastizal de Frankenia pulverulenta y bordeándolo
juncales o herbazales salinos de Aeluropus
littoralis o de Puccinellia
festuciforme. A pesar de los canales de drenaje, en épocas de aguas han
permanecido buenas lagunas en años sucesivos.
Los Praos poseen un muestrario muy completo de toda la vegetación halonitrófila, desde cardales a praderas de gramíneas de gran talla, con especies poco comunes en la
región como Centaurium spicatum, C.
tenuifolium, Haplophyllum
linifolium, Blakstonia perfoliata,
Lythrum flexuosum, L. tribracteatum, Pistorinia hispanica, Limonium varios, etcétera.
La soda (Salsola soda), una buena planta barrillera
Las
formaciones halonitrófilas son muy diversas, tanto que probablemente sea el
mejor catálogo de este tipo de comunidades en
toda la Mancha, por lo que sería demasiado prolijo entrar en un catálogo
exhaustivo de especies. Algunas de sus formaciones más abundantes son los
cardales.
En ellos existe una gama de especies pocas veces vista, a parte de tobas, carlinas y cardillos, hay varios tipos de Cirsium (monspessolanum, pyrenaicum y vulgare), destacan las blanquecinas masas de Sonchus
crassifolius y cerca de los canales, el Sonchus marinum.
Llamativa imagen de Sonchus crassifolius y Cirsium monspessolanum
Más claros, rodales de Limonium en medio de un ralo carrizal en los Prados de Carrión
Hay
formaciones de escasa talla dominadas de forma masiva por Asteriscus aquaticus,
hay praderas de gramíneas varias, como las de Polypogon maritimus; los lastonares de Elymus
spp., fenalares de Brachypodium phoenicoides, así como praderas de Hordeum marinum. Otras formaciones
abundantes son las de la alta y viscosa herbácea Gypsophilla tomentosa.
Atardecer en los Praos de Carrión que probablemente sea el mayor calaminar del centro de la península
Este
lugar merece por sí solo una entrada entera e incluso un libro, en el que entrarían desde su rica arqueología (motilla de
Malvecinos y motilla de Carrión), su arquitectura (castillo de Calatrava de Calatrava, ermita de la
Encarnación; hornos de yesos, etcétera); su especial geología, con áreas de yesos,
sales, calizas e incluso cuarcitas. Cuenta además, con un hervidero hidrotermal
recientemente rehabilitado por el ayuntamiento de Carrión de Calatrava.
Este lugar, con su gran castillo y su ermita, sería
un punto magnífico como “segunda entrada principal” al Parque Nacional de las Tablas del Guadiana, una vez
rellenadas y restauradas las grandes zanjas del drenaje del Guadiana y del Pellejero.
Profusión de cardales tras las riadas. Al fondo una de las "motillas" del Bronce Manchego
En tonos rosados Suaeda splendens, verdes Aelurolpus littoralis y en primer término Hordeum marinum
Este tipo de comunidades vegetales están estrictamente
protegidas legalmente como hábitats de interés comunitario: 1310 - Comunidades
halófilas anuales: micro-céspedes de Frankenia pulverulenta; comunidad
de Microcnemum coralloides y comunidades de salicornias; 1410 -
Pastizales salinos continentales mediterráneos: juncales salinos y praderas
graminoides salinas; 1420 - Matorrales halófilos vivaces: almarjales. 1510 - Estepas salinas mediterráneas:
Comunidades de Limonium (de Interés Prioritario). 82DO - Bosquetes de Tamarix
canariensis y 1430 - Matorrales halonitrófilos.
Entre un suelo lleno de sales destaca el color verde de las salicornias
Por otra parte figuran en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas en Castilla la Mancha como “en peligro”, Lepidium cardamines, muy escaso en esta área; y, como ”de interés especial” Cladium mariscus, Limonium carpetanicum, Limonium costae y Microcnemum coralloides.
Desde aquí no me queda sino felicitar a la Asociación Tablas de Calatrava, por su labor divulgativa de los valores de Los Praos y alrededores. Labor incluso restauradora de antiguos oficios, como los yeseros; también implicados en actos teatralizados en el interior del Castillo de Calatrava la Vieja. Ellos están poniendo en valor esta parte tan singular e importante del municipio de Carrión de Calatrava y de todo Ciudad Real.
El coralillo con su color característico que le da nombre
Calatrava la Vieja rodeada por la llanura de inundación del Guadiana y del Pellejero
Más información:
- Salvemos las Tablas Ya
http://cartadenuncialastablas.blogspot.com.es/
- ecocarrion.wordpress.com
- http://tablasdedaimiel.com/
- vicencon.wordpress.com
- http://losojuelos.blogspot.com.es/
- Salvemos las Tablas Ya
http://cartadenuncialastablas.blogspot.com.es/
- ecocarrion.wordpress.com
- http://tablasdedaimiel.com/
- vicencon.wordpress.com
- http://losojuelos.blogspot.com.es/
Muy buenos tus reportajes e interesantes. Saludos.
ResponderEliminarInteresantísimo artículo, gracias.
ResponderEliminarEn relación con la ampliación del Parque Nacional, vi que una de las partes nuevas que se incluyeron fue una zona con presencia de quejigar (Quercus faginea) y su vegetación asociada. Sin embargo no he conseguido ningún detalle acerca de su composición florística actual, que supongo muy alejada del estado original, ahora inimaginable debido a los siglos de desmonte, pasto y cultivos. Sin embargo, me parecen unas formaciones muy interesantes que en el pasado debieron darle a La Mancha, con su presencia caducifolia, un aspecto hoy impensable. Sobre todo porque pienso que debieron estar muchísimo más extendidos que lo que hoy podamos pensar, ya que aún hoy quedan algunos quejigos, poquísimos, en zonas donde nadie los imaginaría en los términos municipales de Alcázar de San Juan y de Herencia.
¿Tiene algún dato sobre estas formaciones en Las Tablas y zonas aledañas?
Un saludo
Sí los conozco y sobre los encinares y quejigos que quedan por allí, voy a hacer otra entrada en poco tiempo. Los quejigos son muy pocos pero grandes, lo que sí abundan son los mestos en la dehesa que ya no está en el parque, (algunos en fotos en la entrada "Los Mestos". Entran en el PNTD por los pelos y con su capacidad de regeneración muy limitada porque viene a ser una raya en medio de los cultivos.
EliminarMe parece muy interesante lo de los quejigos manchegos, casi inimaginable, pero por el sureste de Madrid conozco casos espectaculares en sitios también impensables.
Un saludo y hasta pronto.
Muchísimas gracias por la respuesta y por la referencia a los mestos. Supongo que si son tan pocos los quejidos que quedan será por estar enclavados en zonas de cultivo. Ahora que están dentro del Parque Nacional, supongo que empezará a ser posible ver regeneración natural, con la ventaja añadida que tiene su crecimiento más rápido que la encina.
EliminarSobre la presencia de quejidos en La Mancha, hay una referencia en el libro “Guía de Árboles Singulares del término municipal de Alcázar de San Juan” de 2007. Da la referencia geográfica de un ejemplar en la zona entre Alcázar y Manzanares, una zona totalmente llana y alejada de ríos. Hice una foto a la ficha del árbol que aparece en el libro, intentaré enviársela por mensaje privado. La otra referencia a los quejidos aparece en el mapa de vegetación de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, con la referencia "9230 Robledales de Quercus faginea" en este enlace: http://www.chguadiana.es/corps/chguadiana/data/resources/file/PEAG/4_15_P8_HABITAT_DIRECTIVA.pdf Me llaman la atención los núcleos con presencia de quejido que hay al oeste de Villarrubia de los Ojos (estos deben de ser los de Las Tablas), los que hay dentro del triángulo Puerto Lápice-Arenas de San Juan-Villarta de San Juan, y un pequeño núcleo entre Villarta de San Juan y Llanos del Caudillo. La presencia de estos núcleos tan separados podría sugerir una presencia continua en el pasado. Pero eso sí, me falta ir a comprobarlos in situ para ver su estado.
En el libro de los árboles singulares de Alcázar también viene una interesantísima referencia a la presencia de fresno (Fraxinus angustifolia) cerca de La Alameda de Cervera.
Intentaré enviarle las fotos del libro. Espero que las referencias sobre quejigos le puedan ser útiles para su nuevo artículo, que me encantará leer como todos los que he visto hasta ahora.
Un saludo y hasta pronto (y feliz Navidad)