domingo, 30 de marzo de 2025

El elefante en la cacharrería. Obras en el medio natural madrileño


Las actuaciones de la Comunidad de Madrid sobre el medio ambiente madrileño, desafortunadamente, suelen tener casi siempre ese cariz, el de una estampida de elefantes en una cacharrería, en una cristalería u otra metáfora similar. Lo hemos comprobado ya en demasiadas ocasiones. La última, que les disculpo solo en parte, ha tenido lugar en el municipio de Mejorada en el popular paraje de Las Islillas, y como de costumbre, siempre tratando de hacer el bien y mejorar el medio ambiente.


Hace tiempo existía un plan para comunicar dos áreas separadas por el río Henares muy cerca de su confluencia con el río Jarama; de hecho, hasta hace unas cuantas décadas, existió un puente, el puente del tren de la Azucarera. Dicho tren abastecía una fábrica de azúcar que existió en la Poveda (anejo de Arganda), el puente fue desmantelado después de la guerra civil y sus cimientos, zarandeados presumimos que por las intensas riadas de los años 60’ que los ha descolocado como las piezas de un dominó en caída. También, dicho solapamiento, de puente y restos históricos, sea uno de los aspectos de los peor resueltos de este proyecto.

Solape de estribos previos y nuevos en la futura pasarela

El proyecto cuenta con el apoyo de los ayuntamientos implicados, Mejorada del Campo y San Fernando de Henares y, con la básica financiación de la empresa Amazon, financiación que alcanza también a labores de repoblación forestal y mantenimiento inicial de parte del proyecto Anillo Verde de la Comunidad de Madrid, en un tramo que afecta a estos ayuntamientos y el de Rivas Vaciamadrid. Lógicamente, el proyecto también ha sido aprobado por la Confederación Hidrográfica del Tajo y por la Dirección General de Biodiversidad de la Comunidad de Madrid




Uno de los aspectos más polémicos es el tamaño de lo que se ha llamado la Pasarela sobre el río Henares, cuando en la realidad se trata de un puente de 4m. de ancho, apto para el paso de vehículos (teóricamente solo para emergencias), incluso de varias toneladas, lo que ya desvirtúa la idea general de una pasarela adaptada solo para el paso de peatones y ciclistas, que era la idea original; al igual que el amplio carril que lo transita a ambos lados y que, aparentemente, queda varias tallas grande, para un uso puramente senderista.


La estrategia del crecimiento madrileño, pasa por dos niveles, el de la construcción urbanística pura y dura, que es la que verdaderamente interesa a los promotores o a los “promotores de los promotores” y el nivel de las áreas verdes necesarias, para endulzar tanto ladrillo, tanto pelotazo urbanístico que va a lastrar durante décadas, la vida de muchos vecinos hipotecados en los descomunales proyectos de actuación urbanística proyectadas, al menos en toda esta parte del sureste periurbano.

El maravilloso Arco Verde madrileño: "Conserva, conecta, comparte,--"

 Este “greenwashing” o lavado de imagen de la furia constructora generosamente fomentada por Comunidad y Ayuntamiento, se apoya, primero y tras la destrucción de la antigua naturaleza silvestre madrileña, valiosa y nada exenta de importantes lugares y especies naturales, en maravillosos proyectos verdes para Madrid, llámense Bosque Metropolitano, Anillo Verde madrileño, Arco Verde, etc.

Aspecto previo con observatorio de aves en Las Islillas

Tras la cimentación de los apoyos de la pasarela o mientras tanto, se procedió a sanear estos terrenos de la orilla de Mejorada del Campo, terrenos muy valorados por los habitantes de este pueblo, pues se trata de una bella ribera con multitud de árboles y con un río que va apareciendo en mejores condiciones que en las últimas décadas. Áreas protegida como Zona de Especial Protección para las Aves: Cortados y Cantiles de los ríos Manzanares y Jarama. Este saneamiento, se ha llevado por delante una ingente cantidad de árboles, la mayoría en un estado lamentable, pero otros muchos recuperables y otros, víctimas colaterales de la caída de los anteriores.

Mendrugos de árboles sanos y tocón podrido

Los restos de esta exhaustiva limpieza quedaron acumulados en una fenomenal pirámide fúnebre al borde del puente y han indignado a cualquiera que se haya acercado por allí o que se haya enterado de esta carnicería. Tal vez y viendo todo el terreno purgado, se corresponde en tamaño a la triste realidad sobre el estado de la masa arbórea ribereña que realmente sí que se encuentra bastante perjudicada, incluso siguen quedando ejemplares muertos. Pero también queda claro que hay muchos que se aprecian lo suficientemente sanos para que no hubiesen sido cortados, quizás se pensó, debieran sustituirse por árboles nuevos, sobre todo en la alineación junto al camino principal.


El grueso de la madera se corresponde con ejemplares de chopos de cultivo, es decir planta alóctona de uso silvícola, aunque en este caso no tenía esa finalidad al tratarse de áreas de esparcimiento. Pero la limpieza también se ha llevado por delante gran cantidad de ejemplares arbóreos y arbustivos naturales y nativos, y también otros, plantados por particulares y asociaciones naturalistas de la zona, de hecho, hace ya muchos años me acerqué una vez con mi hija mayor a sumarnos a una plantación popular. Nada de esto ha sido tenido en cuenta, ni se ha contado con estas organizaciones para considerar sus alegaciones.

Cartel cubierto por falta total de mantenimiento

Probablemente la mayoría de los árboles estén cortados por su estado deplorable, supongo que los veranos tan secos, el nulo mantenimiento o la inadecuación de las especies elegidas haya sido el causante del estado general de este soto. Pero el tratamiento o la llamada “limpieza” ha sido sumamente agresivo, desproporcionado, y el no contar, el no tener la delicadeza o el gesto de intentar hacer el menor deterioro posible, de respetar lo plantado por la ciudadanía, ha contribuido a que esta actuación haya quedado no como un arreglo, sino como un nuevo atentado ecológico, en esta área madrileña campeona siempre en este tipo de desastres de toda la comunidad madrileña.


Retrasé la publicación de esta entrada porque tenía la duda de si el río Henares se habría llevado o no la pasarela, cosas más improbables han ocurrido en este mes de marzo tan pletórico de precipitaciones y más al encontrarnos en una zona de embudo y confluencia de los dos grandes ríos madrileños, el Jarama, que se ha llevado por delante la célebre laguna de El Campillo, junto con su brillante Centro de Educación Ambiental y otras instalaciones de oficinas y viveros del Parque Regional, o el corte de la carretera Torrejón-Loeches por el desbordamiento del Henares.

Junta Ríos, arriba CEAM Caserío del Henares, abajo trabajadores de la Laguna del Campillo viendo su centro de trabajo engullido por las aguas de la riada del Jarama
Estado actual o reciente del centro de trabajo de estas personas. Abajo

La pasarela continuaba allí, ahora sin la montaña de árboles difuntos y casi rodeada de enormes extensiones inundadas en los alrededores, sendas que he recorrido muchas veces a un lado y a otro de esa “Y” griega de la junta de los ríos. Lejos de pensar que todas las sendas se han destrozado, estoy seguro de que esta inundación va a ser un revulsivo, un golpe de fertilidad para toda esta zona llena de vida y de agua, aunque en un entorno manifiestamente agresivo. Esto sí que es una renaturalización de verdad.


      Para pasar al tramo final del Henares, hay que pasar por debajo de los aquí muy numerosos carriles de la M-50, con una depuradora con sus clásicos efluvios, con las vías del AVE a Barcelona, la radial R-2, los depósitos de gas y otros combustibles de Torrejón de Ardoz, con sus enormes polígonos industriales de reciente creacción, las pistas del sur del aeropuerto de Barajas, con su contínuo tráfico de aviones, etc. etc.

Árboles salvados con nidos para murciélagos u otros animales

En breve se acometerán unos trabajos de limpieza de superficies afectadas por cables de alta tensión, en un importante lugar con alto valor ecológico, la Dehesa de Arganda o Carrascal de Arganda, estando gran parte de él integrado en el Parque Regional del Sureste de Madrid. Miedo me da lo que pueda ocurrir en esas amplias superficies colaterales a la autovía A-3 en un monte en muy buen estado de conservación, aunque bastante repoblado de pinares, objeto de numerosos estudios botánicos, lo que le ha convertido en una clásica localidad botánica a donde viajan numerosos estudiantes a hacer sus prácticas a esta localidad recurrente, famosa por una serie de especies poco comunes, o vistosas como sus orquídeas.

Estos cerros argandeños, están poblado de encinares que en gran parte fueron repoblados por pinos carrascos, con laderas de matorrales yesíferos y numerosas áreas de cascajares, conglomerados y algunas areniscas de antiguos paleocauces, lugares estos últimos colonizados por una especial vegetación silicícola impropia de estos terrenos fundamentalmente calizos del sureste madrileño. Entre los variados jarales y chaparrales seriales, abundan en este lugar las amarillas jaras de Halimium atriplicifolium, incluso en las numerosas tierras de labor, usualmente olivares, abandonadas a su suerte, prosperan las floridas matas de las coronillas de fraile Globularia alypum, una especie antes sumamente escasa y que en la actualidad parece cada año más abundante, aunque nunca lo suficiente

       Viendo la actuación anterior, ya hemos tomado cartas en el asunto e informado y advertido a la Comunidad de Madrid, de lo delicado del terreno, de que se trata de espacios naturales o hábitats protegidos, con numerosas especies muy poco comunes en el territorio madrileño y en los bordes de la cada vez más poblada localidad de Arganda, unos terrenos muy paseados y disfrutados por los argandeños y los que nos sumamos a apreciar y disfrutar de su naturaleza salvaje.


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