jueves, 15 de diciembre de 2011

Semana de la Ciencia 2011 - Itinerario Geobotánico por el Parque del Sureste de Madrid


Dentro de las actividades de la Semana de la Ciencia en Madrid, venimos realizando desde hace más de cinco años unas salidas guiadas por el municipio de Rivas Vaciamadrid, a las que damos por nombre: “Itinerario Geobotánico por el Parque del Sureste”.
El Ministerio de Ciencia e Innovación, a través de la FECYT (Fundación española para la ciencia y la tecnología), realiza multitud de actividades más que se organizan en todo el territorio español. Prácticamente no hay materia que no se trate ni localidad que no tenga al menos una actividad, al menos en Madrid y sus principales ciudades.

Centro de El Campillo desde los cantiles

Los primeros años realizamos la actividad en el magnífico e hiperactivo Centro de Recursos Ambientales “Chico Mendes” del Ayuntamiento de Rivas, situado en la atalaya geográfico-paisajística del cerro del Telégrafo. Los años siguientes, a partir de las trabas impuestas por la Comunidad de Madrid a dicho centro, en el número de actividades a realizar durante la Semana de la Ciencia, conseguimos no suspender la actividad y trasladarla  varios km más al oeste, al Centro de Estudios Ambientales de la laguna de El Campillo, centro dependiente de la Comunidad de Madrid.
En ambos lugares, junto a otros compañeros (Daniel, María, Marga, Dori y Jorge), mostramos una serie de presentaciones y se entrega documentación a los participantes, posteriormente realizamos una excursión por la zona explicando el funcionamiento ecológico de los diversos ecosistemas del recorrido, respondiendo a las dudas y sugerencias de los participantes.


El último año también pude participar en una iniciativa muy similar promovida por el Chico Mendes que llevaba por título “Botánicos del Sureste de Madrid”, (junto a Rubén, Darío y Paco), con el mismo plan de actividad pero requiriendo un poco más de nivel a los participantes.
Debo decir que siempre ha sido un placer realizar esta labor, tanto por el trabajo con mis compañeros conferenciantes, como por el trato y comunicación con todos los que han participado como público en estos itinerarios. Otra vez este año, ha sido un placer ver que entre las valoraciones y sugerencias de los participantes figuraba muy repetida, la petición de que la Semana de la Ciencia en general y de la actividad en particular, debía realizarse al menos, de manera trimestral en lugar de anual.


Desde hace dos años con el comienzo de los recortes presupuestarios, se rumoreó la posible desaparición de esta fabulosa Semana de la Ciencia que abre los centros científicos y ofrece un enorme abanico de actividades divulgativas, acercando el mundo de la investigación y el conocimiento, al común de los mortales.


         Este rumor partía de un supuesto recorte del gasto, pero el rumor apenas tiene base, pues realmente cuenta en su mayor parte, con la aportación altruista y desinteresada de los profesionales de la investigación que se ven recompensados con el apoyo, reconocimiento y participación de la gente en sus actividades, reduciéndose el gasto de esta semana (que realmente son dos), a labores de publicidad, la edición de un libro con todas las actividades y la apertura de instalaciones.

Desde estas cristaleras podemos ver la avifauna lagunar, no es raro ver al calamón

En ambas actividades siempre recordaré dos impresiones de cada lugar, una es el asombro de la gente al descubrir estos interesantes lugares tan insospechadamente cercanos a su “casa”, y la otra, tanto para mí como para los neófitos, la evocadora sensación al ver las grandes concentraciones de aves en o sobre la laguna, con el telón de fondo de las lagunas de El Porcal y los cortados que te hacen viajar al lejano mundo de los documentales de la 2 o situarte a mucha distancia de las rutinas diarias.



El recorrido siempre es muy placentero, se van haciendo grupillos según afinidades, aficiones, hallazgos puntuales o simpatías, la gente se relaja y se rompe la distancia que parecía establecida entre quienes daban la charla y quienes la recibían. Se empieza a hablar de lo divino y de lo humano, y cada cierto tiempo, vuelta a la interpretación de la naturaleza sobre el terreno, a reconocer y valorar las riquezas de un entorno que ahora parece más nuestro, más cercano, cuando es reconocido, explicado y compartido.




       El recorrido no se dio mal, la lluvia cercana amenazaba pero no llegó a mayores; en una foto de su presentación Jorge nos mostró una larva de luciérnaga, totalmente diferente a lo que se podría imaginar, pues bien, nada más iniciar el recorrido vimos la misma imagen a nuestros pies. Poco más adelante vimos una culebra viperina, increíblemente activa para ser noviembre, hubo quien la tomó por una víbora dada su actitud beligerante.

Culebra viperina, hubo quien quiso ver en ella una víbora

       Subiendo los cantiles yesíferos vimos las plantas características del yesar, aún con algunas bocas de dragón floridas. De fauna ví por primera vez un buitre negro en Rivas y luego algunas collalbas negras, chovas, cornejas y las consabidas grandes concentraciones de cigüeñas y de gaviotas sombrías.
       A los poco días visitando otros blogs vi la foto de la luciérnaga y a continuación la de la culebrilla. Un saludo para el blog Hablando en Verde. 


Concentración de gaviotas sombrías en la laguna de El Campillo


Ambos centros de Educación Ambiental, uno de la Comunidad de Madrid y otro del Ayuntamiento, están bien dotados de medios y gozan de un personal altamente preparado y especializado en la didáctica de los valores ambientales de la zona. Esta actividad es una de los cientos de ellas que realizan al año, por lo que el éxito de sus convocatorias está casi siempre garantizado.



Desde aquí manifestar mi solidaridad y reconocimiento a una labor, en el caso de los Centros de Educación Medioambiental de la Comunidad de Madrid (el rincón de Espe), poco reconocida y valorada por los gestores de la Comunidad. El presupuesto de estos valiosos centros y su personal han sufrido unos recortes, que les ha situado a unos niveles cercanos al trabajo voluntario. Es por tanto el momento de participar más activamente en sus programas de actividades y valorarlos como corresponden, para mostrar al rincón de Espe la utilidad y necesidad de estos centros de formación y educación medioambiental.





2 comentarios:

  1. dí que sí Enrique. Es una gozada lo que tenemos al lado y uno regresa lleno de satisfacción de ver que la gente se sorprende, aprende y disfruta.

    Quizá el hecho de que sean actividades altruistas hace que los que las preparan lo hagan con verdadero gusto. Lo de los presupuestos, pues ya sabes donde estamos. Es lo que nos toca, desgraciadamente.

    Por cierto, preciosa la última foto de atardecer. ¿Es El Porcal El Campillo?

    Un saludo.

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  2. María Concepción Núñez Munáiz12 de junio de 2020, 1:00

    Hola Enrique, ¡qué recuerdos de aquellas semanas de la Ciencia! Saludos. María Núñez

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