Baño en el Alto Tormes

           

             A finales del verano las aguas gredenses son un remanso de frescor (otros lo llaman frío), sobre todo para los que venimos de tierras más bajas ahora agostadas. Para aquel que quiera y pueda andar un poco, no le es difícil encontrar buenas pozas donde bañarse. Yo por mi parte si es posible intento huir de aquellos lugares a los que se puede acudir con el coche. Esta medida es un filtro supereficaz para encontrar sitios más tranquilos y por ende más limpios.

            Tampoco hace falta echar caminatas de más de dos horas aunque en muchos casos merezca la pena pues la gama de posibilidades que se abre poniendo tierra de por medio es asombrosa. No solo con la distancia se llega a lugares idílicos, también con la dificultad como ocurre con pozas a veces cerca de pueblos o de la carretera pero que tienen un acceso lo suficientemente intrincado como para hacer desistir del intento a unos cuantos.

Poza y laderas pulidas por la subida del nivel de las aguas en los deshielos

            Estamos en un país granítico (la práctica totalidad de la mitad sur de Ávila), aquí la geomorfología debida a esta litología es muy característica y abundante. El granito es una roca originada por el enfriamiento de magmas que no llegan a salir a la superficie, teniendo lugar su enfriamiento y consolidación a diferentes profundidades. Los procesos erosivos mecánicos se encargan de ir desmantelando las capas superiores hasta que asome la cima de esas intrusiones. Pero son los procesos erosivos químicos quienes antes de que llegue a la superficie lo van atacando y dando forma, esto es, haciendo mella en todo tipo de fracturas, agrandándolas y “arenizando” los materiales a los que llega por esta red de fracturas. El resultado es que el granito se va descomponiendo sucesivamente en capas de diferentes grosores y las fracturas más o menos verticales van compartimentando esas capas, de arriba hacia abajo en bloques de más redondeados (ya cerca de la superficie y más alterados) a más cuadrangulares, que usualmente se superponen en ese orden.

Lanchas, pozas y lajeado del granito

            El material duro, formado por “bolos” y bloques cuadrangulares o prismáticos, aparece cubierto por una matriz arenosa que la lluvia va lavando y evacuando hasta dejar al aire, prosiguiendo la alteración química a capas más profundas. A mayor contacto con el agua mayor alteración y mayor evacuación. Esta evacuación a veces es más rápida que los mecanismos de alteración y van dejando roca "pura” a la vista, sin alterar, con las fisuras apenas sin atacar. Son las lanchas (grandes superficies planas de roca); los lomos o dorsos de ballena, cuando la curvatura de la roca asemeja un enorme y redondeado lomo; los yelmos, en forma de casco como el emblemático Yelmo de la Pedriza de Manzanares,; las rocas caballeras, aquellas que parece que con un ligero empujoncito, a pesar de su enorme tamaño van a caer dada la escasa base en la que se sustentan, los bolos, pedreras, etc. Lo que se denomina un paisaje berroqueño o berrocal, de berruecos que son todo este tipo de rocas.

Una pequeña fisura divide el valle y lanchar que es atacado por la actividad hidrológica

            Como vamos a bañarnos, lo que voy a mostrar son paisajes con lanchares, marmitas de gigantes (hoyas escavadas por el pulido de las piedras arrastradas por una fortísima corriente) y escalones estructurales que muestran las capas superpuestas del material granítico en pseudo-estratificación (falsa impresión de capas superpuestas en sucesión estratigráfica).

Lanchar pulido por las crecidas cargadas de piedras

            Como no podía ser menos en las alturas a las que estamos, por encima de los 1300m, y estos vericuetos rocosos donde el fuego tiene difícil su propagación, siempre aparecen interesantes curiosidades botánicas. Estamos inmersos en los pinares de Navarredonda y Hoyos del Espino, estas formaciones vegetales son naturales pero favorecidas por el hombre que incluso las podía haber favorecido más como afortunadamente ha ocurrido con los fantásticos pinares que ya están llegando a su madurez a las espaldas del Torozo y puerto del Pico.

            Esta expansión se produce mayormente en el areal del roble, casi inexistente pero en su dominio climático. Apenas aparecen éstos cerca del Alberche, Tormes aguas abajo de Hoyos del Collado, en Navalsauz y hacia Navalacruz (que ha sido duramente azotada este verano por un gran incendio. También hay un rodalillo bajando del puerto del Pico y luego en áreas verticalizadas en posiciones casi rupícolas,  llegando algunos casi a los 2000m. lo que muestra que esa potencialidad señalada es real en algunos casos. Ya haré una entrada con los pinares de Gredos y el desastre del último pinar silvestre natural en el gran incendio de Arenas en 2010.

Ladera llena de agua rezumante turberas, brezal y algún pino silvestre

            Esperaba cosas interesantes (botánicas) pero no tanto. Al llegar a la zona de lanchas veo que toda la ladera derecha es una gran turbera, o es tan húmeda que está llena de plantas turfófilas. Dentro de estas destaca la población más grande que conozco en Gredos de adelfilla (Epilobium angustifolium) una planta pirenaico-alpina, la típica de postales con ellas en primer término, pueblo o lago detrás y picos nevados de fondo. Destacan también en la ladera por ello la abundancia de la carnívora drosera o rocío del sol, algunos acónitos, parnasias y mucha orquídea ya pasada.

Población impresionante de adelfilla (Epilobium angustifolium), rara en el Sistema Central

            Pero el agua no puede esperar, hay bastante gente para este sitio, pero es que es agosto, a pesar de esto, la temperatura del agua se encarga de poner a cada uno en su sitio. El peligro de resbalones es continuo por lo que hay que mirar siempre las trayectorias de caída para evitar accidentes.

La primera vez que veo una estrella morada (Aster aragonensis) en Gredos

            De vuelta “bingo”, encuentro y eso que ya he pasado varias veces por aquí, una planta que no había visto nunca, un Aster, una margarita de color morado con el centro amarillo que casi me remite, nuevamente a los pirineos. En fin espero determinarla en breve. Eso me recuerda a un amigo, hoy catedrático, que descubrió una nueva especie no muy lejos de aquí, además no era ninguna menudencia, era una planta grande y florida, una boquita de dragón el Mysopates rivas-martinezii. ¿Cómo había pasado desapercibida para los numerosos botánicos que pasean por Gredos?, pues porque pocos de ellos lo hacen en plena canícula.

           Salud y buen baño.

        

     

            Disculpad que no dé nombres y rutas pues no quiero contribuir a la masificación de lugares frágiles como son estas pozas y turberas, los de la zona probablemente lo reconoceréis. Además es un placer inmenso el descubrir los buenos lugares por uno mismo, esa sensación como de sentirse un explorador decimonónico, al modo de Stanley o Livingston, merece la pena.

Salud y campo.

P.D. Parece que el Aster es A. sedifolius subsp. trinervis, por favor corregirme o ayudarme si lo sabéis.

Gracias por vuestra colaboración, se trata finalmente de Aster aragonensis