El pasado sábado realizamos otra
marcha más para llamar la atención de nuevo, sobre el mortífero abandono que
sufre la laguna del aceite de Arganda. Como explicaba en otra entrada, (con la
coletilla de -Ivan II- por ser la segunda entrada sobre el tema y tener claro
que había serie para rato), la laguna Chernóbil se formó por el vertido
continuado de aceites industriales durante casi 20 años. Estos aceites y otros
muchos vertidos más, realizados, no con la complicidad, pero si con la
connivencia o falta absoluta de control de la C. H. del Tajo, la Comunidad de
Madrid (hoy “el Rincón de Espe”) y el Ayuntamiento de Arganda.
Este residuo ha ido evolucionando
químicamente hasta crear una sopa de compuestos que generan un olor químicamente
nauseabundo de una acidez mortal. Ave que aterriza engañada allí por creer que
es una de las muchas lagunas de la zona, muere en escasos instantes. No solo
eso, al parecer la laguna ha ido creciendo en profundidad al ir corroyendo su
base.
La laguna, como se puede apreciar
en una imagen de Google, está en pleno corazón húmedo del Parque Regional del
Sureste de Madrid, una isla de enorme riqueza ornitológica en un entorno cada
vez más urbanizado y maltratado por todo tipo de infraestructuras.
Unas enormes carpas se cercan al morro de una furgoneta hundida
Es una muestra más del abandono de
este rincón madrileño, lo que contrasta con las contiguas Lagunas de las
Madres, en buen estado por servir de parque, eco-escuela y mini picadero a los
Argandeños; poco más allá están las grandes Lagunas del Porcal, que forman un
conjunto que con toda probabilidad es la mayor zona ornitológica de todo el
centro peninsular.
Esta vez no fue nadie a
recibirnos, después de la última vez de escaso lucimiento de la depuesta
gerente de GEDESMA, es preferible no dejarnos pasar dentro que nos acompañe la Guardia Civil y así no comprobar
como hace poco alguien ha podido lanzar un coche al agua a pesar del vallado ni
arriesgarse a ser pillados en una nueva mentira sobre lo que van a hacer con la
laguna. La primera gran mentira fue la de la instalación de una fábrica de
tratamiento del residuo in situ por
un importe de 20 millones de euros, la siguiente fue la del traslado del
vertido a un punto de tratamiento de este tipo de residuos (algo factible).
Balizas, cañones sónicos y todo tipo de desechos
Respecto al “no hay dinero” voy a
informaros de en que se ha gastado “en ecología” más de 13 millones de euros en
este Rincón de Espe. Atención!!
En los montes denominados Las
Calerizas, entre Patones y Torrelaguna, se produjo hace años un incendio del
enebral, coscojar, encinar y jaral que lo poblaba. Con el tiempo ocurre lo
bueno que ocurre en nuestro monte mediterráneo, comenzó la regeneración natural
del monte, con abundante matorral y con pies de encina, coscoja, acebuche,
espino negro, etc. de varios metros de altura. Hasta ahí bien y barato.
Al poco tiempo se amplió Barajas a costa de acabar con un
magnífico soto del río Jarama, casualmente con una buena población de los
escasos alisos madrileñós y se desvió el río.
Palabras y datos para no olvidar
Para contrarrestar el desagravio,
se programaron unas Medidas Compensatorias, un dinero para gastar en asuntos
ecológicos. Pues bien de ese dinero se han ido a tirar 13 millones y medio, (supongo que para los firmantes del cartel) en ese
monte, aunque sea paradójico, ha sido peor que lo del incendio previo. Aproximadamente el doble
de lo que costaría restaurar la laguna del Aceite
Izda: Plantón reciente de olivo, Dcha: acebuche de 2m arrancado por las cadenas
Tras una
primera repoblación por medio de hoyos, se trabajó el monte con maquinaria
pesada, se pasaron cadenas para desbrozar el terreno, se aró sobre terreno rocoso, formando en el
terreno grandes caballones que durarán así decenios. Luego se ha procedido a
plantar, en la solana frondosas (quejigo, encina, coscoja, acebuche,.) y en la
umbría en el mejor terreno donde habrían podido agarrar las frondosas se han
plantado pinos.
Comprobados
los resultados in situ se han podido ver plantones de acebuche, encinas y
coscojas al lado de sus ya altos congéneres nativos destrozados, las marras de
los plantones se acercan al 90% a pesar de los buenos años de lluvias y, para
colmo, los montes vecinos que no ardieron tampoco se libran del desastre.
Enebro de más de dos metros arrancado de cuajo
Como
escribe (creo que Darío), al final del artículo de la web de ARBA: Si todo lo
público se gestiona de este modo, nos espera la ruina. Estoy
aterrado!
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