La Nava es
un pueblo serrano situado al sureste de Barco de Ávila donde confluyen un par
de gargantas que tuvieron importantes aparatos glaciares, amén de otros glaciares
menores tributarios de éstas. Ambas gargantas vienen de las nieves acumuladas
en el macizo de La Covacha (2.395m. segunda cumbre extremeña un par de metros
por detrás del Torreón). La mayor y más occidental es la garganta de Galín
Gómez, al noroeste de la
Covacha y tras un largo recorrido deja sus morrenas
terminales poco antes de la unión con la otra gran garganta, la de La Nava que recogía los hielos
que se formaron al noreste de La Covacha.
El cordal del fondo separa las gargantas de la Nava (izquierda) de Galín Gómez (derecha)
Ambas
gargantas tienen dos buenas lagunas en sus cabeceras, la de La Nava y la del Barco, ésta la
segunda mayor de Gredos después de la del Duque, cercana pero por algunos
adscrita a otra sierra, la de Béjar o Candelario, aunque hablando en propiedad se
trataría del Macizo Occidental de Gredos. En este mismo macizo de la Covacha y
orientado totalmente al este (muy raro en Gredos), existe en un valle
interminable, con otra bellísima laguna que es la de los Caballeros, a poco más de
un km. lineal desde la de La Nava
hacia el sur-suroeste. En este macizo tiene lugar la prueba de sky más clásica
del centro peninsular, la Carrera de Los Tres Circos (Caballeros-Nava-Barco),
realizada desde antiguo por el Club Alpino Madrileño.
Gama de morrenas terminales. Al fondo la sierra de Béjar o macizo occidental de Gredos
Una morrena
es una formación de rocas y materiales acumulados en el frente y laterales de
un glaciar que, a modo de pala de bulldozer
y debido al empuje de la enorme masa de hielo en su avance, va arrancando esos
materiales de la base y laterales del valle, dejándolos enmarcando su
recorrido, a partir del punto en que empieza a depositar su carga lateral, y al
final de su recorrido. Posteriormente sigue una retirada del hielo, y si existe
otro ciclo de frío, se vuelve a través de toneladas de nieve a generar hielo,
que se acumula y pesa, deslizándose de nuevo por las laderas arrastrando y
erosionando de nuevo todo a su paso.
Claro surco del glaciar de la Nava con sus dos morrenas laterales
El estudio
que estamos llevando a cabo, un equipo de geógrafos de la Universidad
Complutense, va a intentar datar las diferentes morrenas terminales del glaciar
de La Nava, para determinar como ocurrió la deglaciación, con sus diferentes
retiradas y re-avances glaciares. Fácil de apreciar en todos estos glaciares
gredenses porque todos finalizan en un conjunto de entre cinco y ocho arcos
morrénicos frontales. Solo unos pocos valles muestran claramente morrenas
intermedias o pequeñas morrenas tardías.
La morrena terminal está llena de bloques redondeados arrancados del superficial manto de alteración inicial
El método
de datación es bastante complejo e incierto, pues se trata de buscar entre los
numerosos bloques aquellos que más tiempo hayan estado expuestos a la
atmósfera, en concreto a la radiación cósmica y en función de la proporción de
determinados isótopos es posible calcular su edad de exposición. Es complicado
localizar los bloques ideales, que no hayan basculado ni hayan estado tapados;
al tiempo hay que arrancar un trozo de su superficie a base martillo y escoplo,
lo que siempre es muy laborioso.
Eligiendo el bloque y la muestra ideal
El aparato
glaciar de la Nava se inicia en un hermoso lugar, el Corral del Diablo, un
circo bastante cerrado con una gran laguna originada por la sobre-excavación
glaciar y ligeramente recrecida a principios del pasado siglo. Como bastantes valles glaciares de Gredos tiene
una cabecera un tanto extraña para aquellos que conocen los clásicos glaciares
alpinos que rematan en unas agrestes y escarpadas laderas, creadas
por la propia acción de los hielos. En esta garganta el remate final tiene una empinada
ladera orientada al este, mientras que las orientadas al norte y al oeste, son
unas suaves lomas cubiertas de piornal.
La laguna de la Nava, al este una empinada y rocosa ladera frente al suave piornal cimero del este.
En todo
Gredos queda muy claro que las orientaciones al este son las que registran las
mayores acumulaciones de nieve debido a que la circulación general de la
atmósfera registra (y también la hizo en el pasado máximo glaciar), la mayor parte de
las precipitaciones de procedencia atlántica. Por esto las ventiscas acumulan
la nieve, que posteriormente se va apelmazando y convirtiendo en hielo al aumentar
su cantidad, en las laderas orientadas al este; además el sol matinal siempre
actuará con menor intensidad sobre la nieve que el sol de la tarde.
Final morrénico de Galín Gómez, se pasa de un valle en "U" a un valle en "V"
Este valle
tiene un buen camino que muestra toda la gama de formas que la geomorfología
glaciar (el hielo y su posterior deshielo es quien las crea) y periglaciar (quienes las crean son los ciclos diarios o estacionales de
hielo/deshielo) pueden formar en estas montañas. Al poco de introducirnos en el
valle vamos recorriendo el final de los diferentes arcos morrénicos, algunos
claros y otros deshechos en grandes acumulaciones de bloques redondeados, para
posteriormente andar por los llanos prados, seccionados por la garganta que ha
erosionado estos materiales poco cohesionados,llanura que es una terraza
fluvio-glaciar en ligera rampa desde la apertura del valle pero perfectamente plana.
Las fuertes heladas van congelando los cervunales a pesar de la poca lluvia caída este otoño
En los
laterales del valle vemos al pie de los escarpes magníficas pedreras, de
bloques de todos los tamaños, esta vez llenos de aristas, arrancados de la roca
por la explotación de las fisuras por el hielo. Vemos según subimos varias
cubetas de sobre-excavación glaciar, pretéritas lagunas ahora ocupadas por
pastos de cervuno y cerrados aguas abajo por umbrales rocosos perfectamente
pulidos, son las rocas aborregadas.
Poza alojada en un estrecho canal sub-glaciar
La garganta
se encajona en la roca dejando unas muy buenas pozas, se trata de canales
sub-glaciales. En una ladera se puede apreciar un surco o cicatriz en la ladera
producido por una impetuosa bajada de una masa mixta de agua, suelo y rocas,
tan rápida y erosiva que ha dejado un canal flanqueado por líneas de rocas y
que acaba desparramado en lóbulos de rocas al final de su recorrido, es una
corriente de derrubios, más conocido en inglés como debris flow.
Canal producido por el recorrido de un debris flow con sus levées laterales
En un tramo
llano, entre umbrales rocosos de la garganta, vemos el jaleo de canales y
depósitos fluvio-torrenciales debido a bajadas impetuosas de aguas tras fuertes
episodios lluviosos combinados o no, con los deshielos. Esto deja un cauce
caótico lleno de bloques movidos y crestas de bordes de corrientes, con una
gama de tonos desde los grises a los más blancos, que son los más recientemente
removidos.
Céspedes almohadillados o hummocks debidos a la congelación bajo un cervunal con dinámica solifluidal
El camino
en lo más rocoso se pega a las paredes y muestra el buen hacer de quienes lo
empedraron. Bajo algunos resaltes rocosos hay buenas muestras de megaforbios,
formaciones vegetales que requieres de frío, sombra, humedad y mucha materia orgánica
para prosperar; aquí se dan plantas nórdicas poco comunes al sur de los
Pirineos, plantas de grandes hojas como la calabacera Adenostyles alliaria, el
acónito amarillo Aconitum vulparia, el vedegambre Veratrum album, Streptopus amplexicaule, uva del diablo Paris quadrifolia y grandes helechos
norteños entre otras.
Rincón megafórbico, con helechos, angélicas, acónitos, streptopus, hipéricos, etc.
En alguna
pared podremos ver la boca de dragón de Gredos Antirrhinum grosii, una planta
antaño corriente pero que las cabras están relegando a las paredes lejos de sus
dientes. Desde aquí abogo por que permitan el retorno de los lobos a Gredos y
no sean abatidos los escasísimos individuos que por allí pululan, como hasta
ahora, será bueno para todos, incluso para los cada día más vagos rebaños de
montesas, para todos menos para los ganaderos
más vagos, aunque probablemente se les subvencionarán sus escasas pérdidas.
La cada día más escasa boca de dragón de Gredos (Antirrhinum grosii)
Al parecer
el rellano inferior de la laguna de la Nava acogió una lagunilla en su seno que fue colmatada por
las rocas en la desastrosa ruptura del inicial dique de piedra que se hizo, teniendo que rehacerse con posterioridad en mejores condiciones que la
primera.
Toda esta
parte occidental quizás sea de lo menos conocido de Gredos a pesar de contar la misma espectacularidad del
área central de la laguna de Gredos y Cinco Lagunas. La Nava y Galín Gómez están algo más
transitadas pero la infinidad de valles laterales y otros valles como La Serrá
o San Martín apenas tienen visitantes fuera de los escasos pastores.
Morrena adosada a una ladera formando un "barquillo"
Yo estoy ya muy unido sentimentalmente a
esta sierra y me duele verla, a veces tan turisteada, aunque la mayor parte de
la gente sea estupenda. Siempre recordaré una vez apagando un incendio de
piornal junto a los Barrerones, con una buena cantidad de domingueros que pasaban hacia la laguna Grande, por el camino sin pararse a ayudar o mirando sin entender que
se necesitaba su ayuda, hasta que acudieron dos pastores del prado de las
Pozas y pudimos controlar el fuego.
La Nava, el valle del Tormes y delante de la sierra de Villafranca y la Sª de Ávila al fondo a la izquierda
Hay mucho
Gredos, desde la sierra de Ávila hasta el Piélago (Sª al sur del Tiétar), desde Hervás hasta el
Tiemblo, no quiero hablar siquiera de la cara sur y su enorme cantidad de
gargantas no aptas para cobardes. Afortunadamente se necesitarían varias
vidas para conocer todos los rincones que encierra Gredos.
Espero que
los estudios de las morrenas de la Nava sirvan para desvelar claramente como se
produjo una deglaciación plagada de incógnitas y congeturas.