El Parque
Nacional de las Tablas de Daimiel es el más pequeño de toda la red de parques
nacionales, de hecho en varias ocasiones, no por su tamaño sino por sus
importantes problemas, ha estado a punto de perder tal condición jurídica. La historia de las Tablas es un cúmulo de despropósitos desde que el hombre tuvo los potentes
medios técnicos para intervenir a gran escala en ese espacio. Es la historia de un paraíso acuático convertido en un
secarral gracias a la avaricia humana, la explicación se podría desglosar o
matizar pero es así de simple y las Tablas de Daimiel son una “casi artificial”
excepción dentro de ese panorama.
Un Guadiana lamentable en el surco de su encauzamiento aguas abajo del castillo de Calatrava
Hace poco, en tiempos más
recientes, con medios y conocimiento para revertir esa historia que es la de
una tragedia más que anunciada, no se hizo absolutamente nada aunque, entre
eufemismos, leyes sin valor ejecutivo y declaraciones tan voluntariosas como inútiles,
se aparentó hacerlo. Pero el poder y la tozudez de una agricultura/empresariado
manchego o mejor dicho, con intereses en La Mancha , en medio de unos años de vacas gordas
europeas, de nuevos regadíos y subvenciones contradictorias, han podido más que
cualquier otro criterio.
El Cigüela también canalizado poco antes de llegar a Villarrubia de los Ojos (del Guadiana)
Hace unos años (otoño de 2009),
el parque vivió su peor época, tras un año muy seco sobre una tierra ya reseca, la turba bajo los suelos del parque comenzó a arder; nada excepcional
pues todas las tierras cercanas desde los antiguos y legendarios Ojos del
Guadiana, Ojuelos de Villarrubia y la agrietada llanura de inundación
Guadiana abajo hasta el Vicario y aledaños, ya habían ardido a lo
largo de un par de décadas de clarísimos síntomas y avisos de una debacle
ecológica. Pero es que esta vez ocurría en el interior del pequeño (1.900 has.)
Parque Nacional con varias hectáreas inundadas, cuando lo
normal era que en esa época estuvieran inundadas cerca de 1.000 has. Esta vez
era más serio que cualquiera de las otras crisis del Parque (incendios de
cañaveral, contaminación, botulismo, etc.) y para colmo un grupo de expertos
europeos iban a comprobar la salud del Parque para dictaminar si seguía siendo
un área de interés o no (con las nada despreciables ayudas económicas
aparejadas).
No es un incendio de rastrojos, bajo el sembrado humea el fuego interior de la turba ardiendo en la madrugada
Daimiel se convirtió en un campo
de ensayos de como se podría apagar un incendio de combustión interna de
turbas, entonces, en las que podrían ser las últimas turbas que quedaban por
combustionar de toda La
Mancha. El Parque Nacional se convirtió en una especie de campo de maniobras lleno de maquinaria pesada, camiones de
bomberos, auto-bombas, ingenieros de un signo y de otro. Se privó al Tajo (y a
Murcia) de 10Hm3 de un agua que se perdió por el camino, pues apenas
llegaron 2Hm3 que fueron totalmente insuficientes; se abrió una
zanja express para conducir un tramo
de la tubería manchega hasta aquí, etc.
Zanja de la cañería de socorro que se terminó unas semanas antes de que empezasen las lluvias
Al final nos vino Dios a ver, se
abrieron los cielos y cayó el agua como no lo hacía desde el 1996-97. El
incendio subterráneo se apagó, las Tablas se salvaron y los examinadores
europeos se volvieron como vinieron. Entonces los ríos crecidos, asombrosamente
circulando por la superficie, como los ríos normales, fueron a alimentar las
Tablas (Gigüela) y el Azuer se hundía al llegar al cauce seco del Guadiana, en las
entrañas de la tierra, por donde antaño las aguas salían de ella. El Acuífero 23
se recuperó bastante y pasó de estar a más de 30m de profundidad y fluir contra
natura en dirección W-E, a llegar a los 12m y fluir, como siempre lo hizo, de E
a W.
Amplios, pero poco profundos hundimientos generalizados en el Guadiana pre-Parque
Ahora tras otro buen año de
lluvias, las esperanzas de todos se han avivado, aunque muchos creíamos que
podríamos ver todos los ojos manando, muchos de ellos sí han manado y el río
Guadiana se encuentra lleno de agua y de vida, pero el agua que llegó a brotar a
casi un 1km. de los Ojos iniciales, ha ido retrocediendo y ahora ya
no llega a brotar en la vecindad de Zuacorta, como lo ha estado haciendo casi
toda la primavera. Eso sí ,el río Guadiana está lleno de vida como nunca, con la
misma fauna en cantidad y calidad que la que hay dentro del Parque Nacional o
más.
Ánsares y otras aves en el "nuevo" Guadiana
Lo que es increíble es que hay
quien dice que todo se ha hecho muy bien y que la prueba es que haya esa agua y
esa vida, cuando es completamente al revés; lo hemos hecho tan sumamente mal,
que ni siquiera esa lotería meteorológica que nos ha tocado, haya sido capaz de
llevar al acuífero a la superficie hace años (1996-97 o 2010) y devolver los
Ojos del Guadiana a su ser, de la seca ceguera a una visión de acuática exhuberancia.
Llanura de inundación en Alarcos, nada con respecto a lo que tuvieron que ser los Ojos en su día
Hace unos meses nos enteramos, de
manera extraoficial, que había dinero y fincas para una hipotética ampliación de
la superficie del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Junto con algunos
compañeros vimos que era el momento de hacer una propuesta a la administración,
al menos para mostrarles por donde deberían ir los tiros, pues nos temíamos un
“apaño-ampliación” y era bueno que se supiese qué era prioritario y qué
accesorio para la salud y la riqueza ambiental del parque.
Zanja drenando Los Praos de Carrión en el arroyo Pellejero al borde de Calatrava la Vieja
Nos pusimos
en movimiento para reunir todas las fuentes de información e influencias
posibles para hacer medianamente lógica y coherente una propuesta de
ampliación y lo suficientemente asequible para que hacerla factible. La
Asociación Ojos del Guadiana Vivos fue quién se puso a la labor de reunir y
coordinar los esfuerzos de diferentes profesionales e investigadores, contactar
con otras asociaciones de la zona y nacionales, para ofrecer una propuesta
coherente y razonable. Fruto de reuniones y discusiones, quedó meridianamente
clara una propuesta mínima, pero fundamental, a partir de la cual existían otras
dos opciones más ambiciosas.
Tablas del Guadiana en Sancho Rey cerca de Ciudad Real, ¿por qué no proteger todas las tablas del Guadiana?
Esta ampliación se extendería a toda la llanura de inundación que va desde los Ojos del Guadiana iniciales hasta el actual Parque, o sea su junta con el Cigüela. Toda esta área, quitando las amplias actuales zonas inundadas por el resurgimiento de muchos manantiales, es un área casi estéril, por estar surcada por grandes zanjas de drenaje, pero de fácil recuperación y también, cuando no se encuentra anegada, es una buena zona esteparia con toda su fauna asociada. Toda esta zona es Dominio Público Hidráulico y aunque hace años, una absurda sentencia de un “presionado” tribunal extremeño dijese que al no haber río no había D.P.H., más tarde (1994), el Tribunal Superior de Justicia lo volvió a declarar Dominio Público.
Ha habido años sin río Guadiana, pero no debe volver a repetirse nunca
Esta gran
llanura de inundación se encuentra parcialmente usurpada y se trata de una área inestable y peligrosa. Aquí todo tipo de poco comunes procesos geomorfológicos se
están desarrollando tras la desaparición por combustión o extracción de las
turbas, lo que ha alterado una circulación hídrica ya alterada por las extracciones abusivas. Existen
muchos canales de circulación subterránea del agua (pipping) que en ciertos
puntos profundizan creando cuevas subterráneas bajo una débil capa de suelo;
los niveles del acuífero al subir producen fuertes incrementos de la presión
sobre esos suelos, suelos que a su vez tras cargarse de agua en las lluvias
también pesan más. Para colmo, entreverados en los suelos aparecen lentejones
de sales, margas o yesos que se disuelven y crean nuevas concavidades. El
resultado es que, por una mezcla de distintos procesos tenemos una de las áreas
más inestables física y geomorfológicamente de toda la península.
Una orilla totalmente inestable junto a un Guadiana renacido
El fruto de
todo este juego de diferentes procesos es la creación de numerosos socavones de
diferentes proporciones y zonas de subsidencia superficial, creando una
topografía totalmente diferente a la reinante antes del drenado de la región. Hasta ahora ha habido suerte porque los hundimientos han sido
espontáneos, pero el peso de un tractor puede ser suficiente para que se lo
trague la tierra en los momentos álgidos tras buenos períodos de lluvias.
Toda ampliación del Parque, y aún sin ella, solo por restablecer
la lógica circulación hídrica, pasaría por la reversión de las acciones
de drenaje realizadas en el pasado; algo tan simple como pasar una pala de bulldozer devolviendo las caballones al
surco del que salieron esos materiales, o sea enrasando e igualando la
superficie del canal creado en la llanura de inundación.
Este canal de drenaje sigue la línea recta aunque haya que cortar ladera, a la derecha el desborde del nuevo Guadiana
Un pivot junto al Ojo de la Peñuela, junto con la viña en espaldera, son los grandes consumidores de agua manchegos
Esta solicitada ampliación mínima pero prioritaria, trataría de garantizar el tema crucial de
todo el ecosistema agro-ecológico manchego, el mantenimiento de unos niveles de consumo
de agua en consonancia con el clima, la producción agraria y con la salud de los ecosistemas,
y tal y como contempla el Plan de Cuenca del Guadiana que por los Ojos
mane una determinada cantidad de agua anual. Esto llevaría al
mantenimiento de unas extracciones en concordancia con un nivel del acuífero en
el inmediato entorno del nivel de funcionalidad de los Ojos del Guadiana
iniciales.
Este nivel sería como un perfecto termómetro para el análisis de los consumos agrarios, y ahora con el nivel del acuífero cercano a la superficie, sería el momento ideal para no tener que realizar esfuerzos por alcanzarlo. Hoy que con una sola imagen de teledetección, se puede saber quien está regando y si lo hace más de lo permitido, solo con cumplir con la legislación, que hasta ahora siempre ha sido excesivamente permisiva con infractores y caraduras, se podrían mantener esos niveles extractivos y a la vez mantener unos ecosistemas acuáticos totalmente excepcionales.
Hundimientos circulares, en ocasiones las dolinas así formadas pueden llegar a ser enormes
Este nivel sería como un perfecto termómetro para el análisis de los consumos agrarios, y ahora con el nivel del acuífero cercano a la superficie, sería el momento ideal para no tener que realizar esfuerzos por alcanzarlo. Hoy que con una sola imagen de teledetección, se puede saber quien está regando y si lo hace más de lo permitido, solo con cumplir con la legislación, que hasta ahora siempre ha sido excesivamente permisiva con infractores y caraduras, se podrían mantener esos niveles extractivos y a la vez mantener unos ecosistemas acuáticos totalmente excepcionales.
La de los Ojos es la
Ampliación mínima, pero la salud del Parque y la lógica continuidad de todo el
ecosistema fluvial, nos lleva a contar con áreas aguas abajo del Parque
y Gigüela arriba. El problema es el mismo, son áreas que fueron, como en la
Ampliación Mínima, zonas muy valiosas, pero que por los drenajes y usurpaciones
han perdido gran parte de ese valor.
Pequeños pero muy buenos saladares, entre el Parque y Villarrubia de los Ojos
Pero son áreas fácilmente recuperables que además cuentan con un otro ecosistema, parcial pero importante, como son las áreas salobres con una vegetación acorde, (Suaeda vera, Microcnemum coralloides, Plantago maritima, Senecio auricula, Salsola soda, Frankenia laevis, Salicornia ramossisima, Blackstonia perfoliata, Centaurium tenuiflorum, etc..) Esto nos lleva a contar con el río Gigüela, al menos hasta la depuradora de Villarrubia de los Ojos y con el Guadiana, al menos hasta el espectacular castillo de Calatrava la Vieja.
Pero no
queda aquí la cosa, en contacto con el parque existen otras áreas de muy alto valor
ecológico:
- Campos dunares: son formaciones geológicas y geomorfológicas de alto valor situadas al noreste del Parque y de origen eólico, ahora con su dinamismo muy reducido, por causas naturales y por los cultivos. Estas arenas poseen, aparte de su excepcionalidad, una vegetación asociada específica de las arenas, la vegetación psammófila. (Artemisia campestris, Andryala ragusina, Malcolmia triloba, Linaria spartea, Rumex roseum, Loeflingia hispanica, etc..)
- Áreas estepario-yesíferas, contactan y se entreveran con las dunas; es la zona denominada de los Ojuelos, una área que fue de manantiales que vertían al Cigüela, drenados de antiguo aunque han vuelto a asomar algunos ahora. Lo importante de esta zona es su carácter estepario al ser suelos con bastantes yesos y tendencia salina. Aquí aparecen escasas manchas de albardín (Lygeum spartum) y especies catalogadas en peligro como (Lepidium cardamines, Centaurium quadrifolium, Senecio auricula, etc..) Área apenas cultivada por este carácter salino y por su variable funcionamiento hídrico.
- Encinares y manchas de monte mediterráneo, situadas al norte y parcialmente al oeste, existen dehesas con escasas “manchas” del vapuleado encinar manchego que aquí se encuentra en toda su variopinta riqueza. (Quercus rotundifolia, Q. coccifera, Q. faginea, Rhamnus alaternus, Rhamnus lycioides, Genista scorpius, Ephedra nebrodensis, Lithodora fruticosa, Bupleurum fruticescens, etc..)
- Campos dunares: son formaciones geológicas y geomorfológicas de alto valor situadas al noreste del Parque y de origen eólico, ahora con su dinamismo muy reducido, por causas naturales y por los cultivos. Estas arenas poseen, aparte de su excepcionalidad, una vegetación asociada específica de las arenas, la vegetación psammófila. (Artemisia campestris, Andryala ragusina, Malcolmia triloba, Linaria spartea, Rumex roseum, Loeflingia hispanica, etc..)
Reconocibles por sus característicos tonos anaranjados las formaciones dunares son rarezas geomofológicas y vegetacionales
- Áreas estepario-yesíferas, contactan y se entreveran con las dunas; es la zona denominada de los Ojuelos, una área que fue de manantiales que vertían al Cigüela, drenados de antiguo aunque han vuelto a asomar algunos ahora. Lo importante de esta zona es su carácter estepario al ser suelos con bastantes yesos y tendencia salina. Aquí aparecen escasas manchas de albardín (Lygeum spartum) y especies catalogadas en peligro como (Lepidium cardamines, Centaurium quadrifolium, Senecio auricula, etc..) Área apenas cultivada por este carácter salino y por su variable funcionamiento hídrico.
Restos de albardinales en una zona esteparia (los Ojuelos), entre lo yesífero y lo salino
- Encinares y manchas de monte mediterráneo, situadas al norte y parcialmente al oeste, existen dehesas con escasas “manchas” del vapuleado encinar manchego que aquí se encuentra en toda su variopinta riqueza. (Quercus rotundifolia, Q. coccifera, Q. faginea, Rhamnus alaternus, Rhamnus lycioides, Genista scorpius, Ephedra nebrodensis, Lithodora fruticosa, Bupleurum fruticescens, etc..)
Encinar manchego al norte de las tablas con efedras en primer término
Una
conjunción de los ecosistemas verdaderamente representativos de lo que fue toda
la meseta sur. ¿En que otro Parque Nacional podríamos encontrar juntos un
ecosistema fluvial, lagunar, salino, dunar y estepario? Es pedir demasiado que
quede para la posteridad una muestra conjunta de
todos estos ecosistemas, presentes en el centro peninsular que vieron nuestros antepasados y que nosotros estamos
destrozando hasta su total extinción. Por si aún se pudiera pedir más, todo el
Guadiana está lleno de importantes e incluso, aún por descubrir, restos
arqueológicos (Castillo de Calatrava la Vieja, motillas, molinos, puentes
medievales, azudes romanos, etc..).
Vista de las tablas de Calatrava desde el castillo homónimo
El
Organismo Autónomo Parques Nacionales por fin lanzó su propuesta y, en efecto,
ha sido un “apaño-ampliación”. Durante años la administración ha ido
“comprando” a los agricultores a base de un dinero que es de todos. Ha habido
planes de Compensación de Rentas, compras de tierras, compras de derechos de
agua, Planes Especiales, trasvases, tuberías, subvenciones, etc. que han
costado una verdadera millonada y que no han servido, al menos ecológicamente,
para nada en absoluto. Este organismo se ha encontrado con una serie de fincas,
(incluso se ha especulado con las fincas y los pozos), que ahora pretende dar
salida en forma de una ampliación raquítica y llena de recovecos que apenas
roza los nuevos ecosistemas antes esbozados y que no mete los Ojos del Guadiana
en el Parque.
Garcillas haciendo carreras de ovejas en la llanura de inundación frente al castillo
En vista de
ello todo el movimiento ecologista, a pesar de que siempre es una magnífica noticia
la ampliación de áreas protegidas, estamos en contra de esta ampliación y nos
negamos a cualquier ampliación que no recoja, como mínimo, los Ojos del
Guadiana dentro del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, un parque que en
justicia debería llamarse Parque Nacional de los Ojos y Tablas del Guadiana.
Si queréis alegar contra esta anémica ampliación, firmar esta petición en Change.org y pasarla a los amigos pues el plazo acaba el 25 de agosto. Gracias: No sin los Ojos del Guadiana